Su vicio le salvó la vida

Salió a fumar un cigarro justo momentos antes del sismo. Sin embargo, su esposa, quedó atrapada en los escombros
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Ciudad de México.- A Jorge Porrero García le salvó la vida su vicio: salió a fumar un cigarro justo momentos antes del sismo. Sin embargo, su esposa, María Josefa, de 61 años, quedó atrapada en los escombros del edificio en la calle Coquimbo, de la colonia Lindavista, que se desplomó el pasado martes.

Jorge había salido de su departamento en el primer piso y mientras en el exterior hacía bocanadas, en cinco segundos vio cómo se caía el edificio donde había vivido desde hace 29 años, cuando se casó.

“Decidí regresar a mi casa y quedarme a descansar, en algún momento me acordé que tenía que ir al banco, fui al banco, hice un depósito que tenía que hacer, regresé al edificio, metí el coche y como yo en mi casa no fumo, me salí a fumar a la puerta.

“Si en lugar de fumarme el cigarro me subo a mi casa, pues no me hubiera dado tiempo de hacer nada”, narró Jorge.

En su departamento, quedó atrapada su esposa, así como Remedios Lorenzo, una trabajadora de 40 años de edad que les ayudaba con quehaceres domésticos, y Elu, una joven de 15 años y familiar de Remedios.

Los rescatistas se han reservado darle pronósticos sobre si las tres mujeres permanecen con vida.

Con un casco puesto, Jorge espera noticias de los trabajos de rescate, aunque tiene claro que tendrá que rehacer su vida.

“Permanezco el tiempo necesario, lo conveniente es estar aquí la mayor parte del tiempo, sin embargo ustedes se tienen que dar cuenta que esto es volver a empezar.

“Si me hubiera tocado en mi casa, yo no me muevo, me quedo ahí, me tocó en la puerta de la calle y salí corriendo, me tocó vivir el cómo se cayó el edificio, en cinco segundos cayó”, lamentó.

Además, varios vecinos del edificio lamentaron que tras el desplome del inmueble, al menos cuatro sujetos aprovecharon para robar objetos de entre las ruinas.

“Una de las problemáticas que hemos tenido en los primeros días, detuvieron aquí a cuatro personas robando.

“Cuando dejaron pasar a todo mundo, me parece no sólo de mal gusto, me parece cruel que un señor que está viviendo una desgracia se meta a robar a donde está la gente con la desgracia”, agregó Jorge Porrero.