Cuidó de su Padre quien recién murió de 110 años
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Rogelio Carrizales es un humilde vendedor de frutas de temporada que hace 9 días enterró a su Papá (Don Vicente), quien al morir tenía más de cien años.
La voz se le rompe a Rogelio al hablar de su progenitor al que cuidó siempre, más en los últimos dos años, tiempo en que la edad terminó por debilitar el cuerpo de Don Vicente y quedó postrado en una cama.
“A mi papá lo acabaron los años, Dios nos lo dejó mucho tiempo porque ya tenía como 110 años. Fue un hombre muy fuerte que tuvo como 4 mujeres, tengo medios hermanos fuera del País y ya saben de su muerte”.
Rogelio vivió toda la vida al lado de su Padre, incluso nunca se casó para cuidarlo, menos piensa hacerlo ahora cuando ya los años pasaron (dice que tiene 56) aunque ya no tiene acta de nacimiento, ni documentos.
“Cuando murió mi mamá hace dos años, sacaron papeles de la casa. Yo recuerdo que tenía Seguro Popular pero ya debe haber vencido, no tengo ningún papel que me identifique, sólo los recibos del agua y luz”.
No sabe leer ni escribir pero desarrolló el oficio de vendedor ambulante, gracias a su gusto por el trabajo.
“Las cuentas sí las sé hacer, vendo desde que estaba el antiguo parque de Tamatán, luego me pasé al estadio, ahora vendo afuera de la Procuraduría entre la semana, y sábados y domingos aquí en la avenida México”.
El día del Padre lo aprovechó para vender ciruelas y limones cerca del Oxxo de la Colonia Nuevo Santander. Aún así los recuerdos de su padre rondan su cabeza.
“Fue un gran trabajo cuidar de él, una persona con más de cien años, darle de comer, cargarlo, moverlo de la cama, a veces sentía que se me iba a caer. Me duele mucho que se haya ido, pero estoy contento porque lo cuidé hasta el final”.
Después de la muerte de Don Vicente, Rogelio se quedará sin un lugar para vivir, porque la casa era de su Padre y lo más seguro es que sus hermanos la vendan.
“No sé cuánto tiempo pase, pero yo sólo tengo mi cama y este triciclo. Al vender la casa donde viví con mis padres tal vez tenga que vivir en la calle, nunca compré una casa”.
Mientras espera a sus hermanas para llevar rezar el novenario y llevar la cruz al cementerio, Rogelio come un poco de queso.
“Así es la vida de un vendedor ambulante, más tarde dos cervezas para recordar a mi Papá y mi mamá, ya se me fueron los dos...”.
Entre toda la familia pagaron el funeral y a Rogelio sólo le falta pagar el recibo de luz por 280 pesos.
“Antes vendía troles pero ahora ni vaporera tengo. Ahora venderé limones y mangos porque la temporada de ciruelas ya se acabó”.
+¿QUIERES AYUDARLO?…
-Si quiere ayudar a Rogelio con mercancía (frutas y verduras) para su venta, lo puede encontrar afuera de la Procuraduría, de lunes a viernes y los fines de semana, muy cerca del Oxxo de la avenida México por las mañanas.