La vida en el tianguis, esfuerzo de todos los días

Ya hay rodantes todos los días de la semana. Con venta de ropa usada sostienen a su familia. "Las prendas duran exhibidas una semana"  
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Once años lleva Margarita sosteniendo a su familia con la venta de ropa usada en los tianguis de la ciudad. Junto con su esposo que antes se dedicaba a la albañilería, son su propio patrón y no necesitan más.



Margarita, a la que en las colonias de le periferia sus clientes la conocen como Doña Mague, trabaja todos los días de la semana, porque para su buena suerte el desempleo y lo caro de la ropa en las tiendas formales provocó que se oficializaran "tianguis" en todas las zonas de Victoria.



"Ya hay tianguis para todos los días de la semana: los martes y viernes nos toca aquí en la colonia Satélite, donde ya tenemos clientes y cuando no traen dinero les fiamos, nos abonan y les seguimos dejando ropa. Al contado es más difícil que te compren porque la situación es muy difícil, no hay mucho dinero para vestirse".



El puesto de Margarita se une a otros a un costado de la clínica del sector salud de la Colonia, muy cerca de una capilla católica, donde la venta de tamales, los juegos de lotería y la venta de ropa y enseres domésticos, forman el pequeño tianguis.



El esposo de Margarita mantiene limpio el lugar aunque pagan al municipio por la renta del espacio.



"Nosotros limpiamos. Si hay hierba, nos llevamos la basura en una bolsa para no dejar sucias las calles, no sólo es venir y ya, hay que cuidar nuestra casa porque es de todos, pero no todos los tianguistas dejan limpio".



La vida de los tianguistas requiere de paciencia y sacrificio, no se llenan las bolsas de dinero, pero se gana para la comida y los gastos de escuela de los hijos. No hay seguro médico, no hay aguinaldos, pero se tiene tranquilidad y a su manera se es feliz.



"La gente quiere ganar mucho, pero en estas épocas hay que dar barato aunque no se tengan grandes ganancias. Porque lo importante es sobrevivir todos, nosotros también pagamos impuestos, compramos gasolina, compramos llantas para la camioneta. El dinero que ganamos vamos y lo dejamos en las tiendas. Somos iguales a los de las tiendas formales y tenemos el derecho de tener un negocio porque somos ciudadanos", señala el esposo de Mague.



Lo anterior sale a colación porque los comerciantes formales han expresado más de una vez la competencia desleal por parte de los vendedores ambulantes.



"Estamos hablando de grandes empresas, venden más pagan más. Es como nosotros si queremos más espacio para poner más puestos pagamos más, entonces no hay ninguna competencia desleal, todo mundo tiene el derecho de ganarse la vida" .



A las 5 de la mañana hay que levantarse para ganar un buen lugar en el tianguis, armar la estructura y el techo de plástico para protegerse del sol o de las lluvias, según sea el caso, colgar la ropa y vestir los maniquíes, establecer las ofertas.



"Ahora las ofertas son de tres pesos la pieza, es la ropa que está en montones. La ropa aquí sólo se exhibe una semana. Si no se vende hay que darla barata, para que salga y poner lo nuevo que nos va llegando. No se puede ser egoísta y guardar la ropa, y aún a ese precio se obtienen ganancias".



Otras prensas no se pueden abaratar más, se trata de ropa interior de las marcas más exclusivas como Victoria Secret's, que por 40 pesos se pueden adquirir en el puesto ambulante de Margarita.



Los short para hombres y mujeres tipo deportivo o de vestir los llevan por sólo 20 pesos, las blusas y vestidos seminuevos son de ochenta pesos.



Después de once años de esfuerzo Mague domina el trabajo de tianguista, sola puede armar el puesto y de hacer cuentas ni se diga.



"Ella sabe todo, ella es la buena en las ventas, ni se distrae nada, llegamos a la casa y ya está pensando lo que llevará al día siguiente. Aquí no hay descanso, porque de este puesto depende el sustento", dice el marido de Mague.