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Oscar Alamaraz, alcalde de Victoria, ha emprendido una nueva campaña contra el Gobernador Cabeza de Vaca, donde palabras más, palabras menos le pregunta ¿Dónde está el anunciado cambio?
Para ello utiliza bots y cuentas falsas de redes sociales, mismo lugar desde donde ha puesto a circular desinformación que tienen como objetivo confundir a la ciudadanía y enemistarla con el gobierno estatal.
Y es que si la campaña de tierra que ha emprendido Oscar Almaraz para posicionar su candidatura a la gubernatura pasa por “transformar Victoria en los próximos 90 días”.
La campaña de aire tiene el objetivo de golpetear a los rivales que dentro y fuera del partido tenga el propio Almaraz.
La campaña de tierra no es otra cosa que las llamadas obras de relumbrón; esas que son meramente estéticas, duran poco, cuestan mucho, sirven para casi nada y de paso le dejan una buena ganancia para los bolsillos del alcalde y los de sus amigos.
En cuanto a su campaña de aire, el alcalde empezó su guerra mediática contra Alejandro Etienne, pastor priista en el Congreso local, y principal rival en sus aspiraciones.
Al mismo tiempo, Almaraz ha emprendido una campaña negra en contra el gobernador del estado.
Y para eso se aprovecha de la expectativa de los votantes que decidieron un cambio para Tamaulipas y sacaron al PRI del poder.
Se aprovecha decimos, porque usando sus voces pregunta a 15 días de haber tomado posesión el nuevo gobierno estatal ¿dónde está dicho cambio?
La valentía de Almaraz ocurre por dos cosas; en primera por su ambición desmedida, y en segunda porque ha confundido la prudencia del gobernador con miedo o cobardía.
Y es que Cabeza de Vaca sabe que ya no está en campaña. El ritmo frenético de ataques y contraataques no puede ser usado para ejercer el gobierno, pues sus mensajes ya no solo son para la gente que votó por él (una apabullante mayoría) si no que además son para cada mujer y cada hombre de Tamaulipas.
Pero no solo eso, el gobierno de Tamaulipas sigue en proceso de evaluación del estado en que guardan los bienes públicos y las dependencias de gobierno.
Esto no solo implica los programas, el presupuesto o incluso el personal de cada una de las secretarías y organismos públicos, pues también se tienen que detectar y desarticular las mafias de aviadores, proveedores, parentazgos y vicios que por décadas y sexenios se han enquistado en el aparato estatal.
Y por último, y no por ello menos importante, se tiene que tomar en cuenta el precario estado que guardan las finanzas públicas estatales.
O apoco usted iba a creer que los priistas antes de irse del gobierno y del poder iban a dejar un peso sin ejercer.
Así que a la prudencia política del Gobernador se le suma su buen olfato de administrador.
El Gobierno de Tamaulipas no está en estos momentos para entrar en grillas estériles, ni para construir castillos en el aire, como pretende Almaraz.
Ya habrá tiempo y lugar para hacer política, pero hoy toca gobernar y administrar.
Y eso no lo han entendido los adversarios de Cabeza de Vaca quienes, insistimos, confunden la pasividad del gobierno estatal con un ‘dejar hacer, dejar pasar’ sin consecuencias.
Cabeza de Vaca ya demostró que será un jugador de peso dentro y fuera de su partido para el 2018, y en ese horizonte tiene planeada su estrategia, que no empezará hasta poner la casa en orden.
Durante su primer entrevista banquetera, el gobernador fue cuestionado por su plan de gobierno para los próximos 90 días, a lo que Cabeza de Vaca contestó que su gobierno no iba seguir con esas prácticas del pasado.
Y sin embargo, la verdadera pregunta estaba entre líneas ¿Se va ver el cambio en estos 90 días?… Y para quienes entendieron la respuesta, claramente se pudo escuchar: Espera y veras.
Pues eso.
Es bueno saberlo: 1) Inició la temporada de caza, la presa: los ex gobernadores corruptos. Y sí el PRI va tener que sacrificar al Gobernador de Veracruz con licencia, el priista Javier Duarte, desde Los Pinos apuraron el proceso contra el ex gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés.
Uno por uno, parece la consigna. Y adivinó, con esto vuelven los reflectores a Tamaulipas, pues nuestro estado es el único con dos ex gobernadores prófugos de la justicia.
A Tomás Yarrington y Eugenio Hernández les deben de estar zumbando las orejas con aquella frase de primer día de sexenio que pronunció Cabeza de Vaca: “En Tamaulipas no habrá borrón y cuenta nueva”.
Para ello utiliza bots y cuentas falsas de redes sociales, mismo lugar desde donde ha puesto a circular desinformación que tienen como objetivo confundir a la ciudadanía y enemistarla con el gobierno estatal.
Y es que si la campaña de tierra que ha emprendido Oscar Almaraz para posicionar su candidatura a la gubernatura pasa por “transformar Victoria en los próximos 90 días”.
La campaña de aire tiene el objetivo de golpetear a los rivales que dentro y fuera del partido tenga el propio Almaraz.
La campaña de tierra no es otra cosa que las llamadas obras de relumbrón; esas que son meramente estéticas, duran poco, cuestan mucho, sirven para casi nada y de paso le dejan una buena ganancia para los bolsillos del alcalde y los de sus amigos.
En cuanto a su campaña de aire, el alcalde empezó su guerra mediática contra Alejandro Etienne, pastor priista en el Congreso local, y principal rival en sus aspiraciones.
Al mismo tiempo, Almaraz ha emprendido una campaña negra en contra el gobernador del estado.
Y para eso se aprovecha de la expectativa de los votantes que decidieron un cambio para Tamaulipas y sacaron al PRI del poder.
Se aprovecha decimos, porque usando sus voces pregunta a 15 días de haber tomado posesión el nuevo gobierno estatal ¿dónde está dicho cambio?
La valentía de Almaraz ocurre por dos cosas; en primera por su ambición desmedida, y en segunda porque ha confundido la prudencia del gobernador con miedo o cobardía.
Y es que Cabeza de Vaca sabe que ya no está en campaña. El ritmo frenético de ataques y contraataques no puede ser usado para ejercer el gobierno, pues sus mensajes ya no solo son para la gente que votó por él (una apabullante mayoría) si no que además son para cada mujer y cada hombre de Tamaulipas.
Pero no solo eso, el gobierno de Tamaulipas sigue en proceso de evaluación del estado en que guardan los bienes públicos y las dependencias de gobierno.
Esto no solo implica los programas, el presupuesto o incluso el personal de cada una de las secretarías y organismos públicos, pues también se tienen que detectar y desarticular las mafias de aviadores, proveedores, parentazgos y vicios que por décadas y sexenios se han enquistado en el aparato estatal.
Y por último, y no por ello menos importante, se tiene que tomar en cuenta el precario estado que guardan las finanzas públicas estatales.
O apoco usted iba a creer que los priistas antes de irse del gobierno y del poder iban a dejar un peso sin ejercer.
Así que a la prudencia política del Gobernador se le suma su buen olfato de administrador.
El Gobierno de Tamaulipas no está en estos momentos para entrar en grillas estériles, ni para construir castillos en el aire, como pretende Almaraz.
Ya habrá tiempo y lugar para hacer política, pero hoy toca gobernar y administrar.
Y eso no lo han entendido los adversarios de Cabeza de Vaca quienes, insistimos, confunden la pasividad del gobierno estatal con un ‘dejar hacer, dejar pasar’ sin consecuencias.
Cabeza de Vaca ya demostró que será un jugador de peso dentro y fuera de su partido para el 2018, y en ese horizonte tiene planeada su estrategia, que no empezará hasta poner la casa en orden.
Durante su primer entrevista banquetera, el gobernador fue cuestionado por su plan de gobierno para los próximos 90 días, a lo que Cabeza de Vaca contestó que su gobierno no iba seguir con esas prácticas del pasado.
Y sin embargo, la verdadera pregunta estaba entre líneas ¿Se va ver el cambio en estos 90 días?… Y para quienes entendieron la respuesta, claramente se pudo escuchar: Espera y veras.
Pues eso.
Es bueno saberlo: 1) Inició la temporada de caza, la presa: los ex gobernadores corruptos. Y sí el PRI va tener que sacrificar al Gobernador de Veracruz con licencia, el priista Javier Duarte, desde Los Pinos apuraron el proceso contra el ex gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés.
Uno por uno, parece la consigna. Y adivinó, con esto vuelven los reflectores a Tamaulipas, pues nuestro estado es el único con dos ex gobernadores prófugos de la justicia.
A Tomás Yarrington y Eugenio Hernández les deben de estar zumbando las orejas con aquella frase de primer día de sexenio que pronunció Cabeza de Vaca: “En Tamaulipas no habrá borrón y cuenta nueva”.