Desalojará Gattás a decenas de abuelitas comerciantes el lunes

Quitará única fuente de empleo a humildes hogares victorenses. Manda tercera y última notificación de expulsión

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- 

A pesar de las súplicas de decenas de humildes vendedores ambulantes, en su mayoría mujeres de edad avanzada, que van a perder el sustento diario de sus hogares, el alcalde Eduardo Gattás Báez no dio marcha atrás a su decisión de desalojarlos de las afueras del Hospital General de Ciudad Victoria sin darles opción de otra ubicación. 

Dicho edil entregó el pasado martes la tercera y última notificación de retiro de carretones, mesas, sillas y lonas a estos victorenses advirtiéndoles que, si no acataban esta última orden en un plazo de 5 días, iban a ser echados a la fuerza por personal bajo su mando. 

Este aviso llegó un día después de que estos oferentes acudieron a la Presidencia Municipal a buscar un diálogo con Gattás Báez y no fueron atendidos por él mismo.

Al entregar la tercera y última notificación, el personal del Departamento de Inspección y Ejecución Fiscal de la Tesorería Municipal les dijo que el desalojo forzado se realizará el sábado o el lunes próximos.

De tal manera que estas personas -en su mayoría señoras- estaban este jueves muy angustiados y desesperados sin saber a qué otra autoridad recurrir para evitar este desalojo, que nunca habían sufrido en más de 30 años que tienen vendiendo antojitos mexicanos, botanas y refrescos afuera de dicho nosocomio. 

Por ejemplo, María de la Luz Martínez Mascorro manifestó que ella tiene 78 años de edad, de los cuales 30 años ha estado ofreciendo gorditas, tacos y tamales en la calle Flores Magón. 

Comenzó pagando 1 peso a la Presidencia Municipal y hoy le da 150 pesos.

Apuntó que actualmente tiene 2 nietas a su cargo, una en secundaria y otra en primaria, por lo que está muy preocupada porque seguramente nadie le dará empleo en ningún lado para seguir sosteniéndolas.

“Nosotros queremos trabajar y esta es nuestra única fuente de trabajo que tenemos”, declaró al ser entrevistada frente a su pequeño carretón.

“Yo tengo 78 años ¡Imagínese! Dónde me van a ocupar para trabajar. Hora, no nos ofrece dónde nos va a cambiar y lo que vamos a batallar para hacer nuevamente clientela”, agregó.

“A nosotros lo único que nos interesa es que nos dejen aquí, porque nosotros somos gente trabajadora y honesta”, abundó.

Otra de las entrevistadas tiene 63 años de edad, de los cuales 30 ha vendido tamales en la banqueta del hospital, así mismo tiene varios nietos que dependen de ella.

Otra más tiene 20 años vendiendo botanas y refrescos en este lugar, para sostener a su familia.

“Todos nosotros somos gente humilde, trabajadora, sin buscarle ningún problema a él ¿Por qué nos ve (el alcalde) con malos ojos?”, recalcó doña María de la Luz.