Astrónomos descubren raro cuásar doble

Los astrónomos utilizaron el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea para detectar los dos cuásares gigantescos que están al borde del choque.
a

¿Qué es más grande que los hambrientos agujeros negros supermasivos que eclipsan galaxias enteras mientras se tragan vorazmente todo lo que está a su alcance? Parece que los científicos de la NASA encontraron la respuesta: un cuásar doble. 

En un nuevo estudio, los astrónomos utilizaron el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea para detectar los dos cuásares gigantescos que están al borde del choque. Sentados en los centros de sus respectivas galaxias, estos cuásares hambrientos tienen menos de 10 mil 000 años luz de espacio para respirar entre ellos.

Los expertos sostuvieron que para los telescopios terrestres, parecen un solo objeto, y un día, gracias a la colisión imparable de su conjunto de estrellas natal, se convertirán en uno. Este no es el primer cuásar doble que los astrónomos han detectado; según los autores del estudio, hasta la fecha se han descubierto más de 100. 

a

Todo un hito en la astronomía 

Sin embargo, este par de luces ardientes es, con mucho, el cuásar doble más antiguo del universo conocido. Y de hecho, no está solo; en el mismo estudio, publicado el 1 de abril en la revista Nature Astronomy, los investigadores informaron de la detección de un segundo cuásar doble, que también data de hace 10 mil millones de años.

"Estimamos que en el universo distante, por cada mil cuásares, hay un cuásar doble", dijo en un comunicado el autor principal del estudio Yue Shen de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. "Así que encontrar estos cuásares dobles es como encontrar una aguja en un pajar".

¿Cómo le hicieron para dar con ellos?

El equipo centró su búsqueda en el universo distante, ya que se cree que la formación estelar alcanzó su punto máximo en el universo hace unos 10 mil millones de años, y las fusiones galácticas eran mucho más comunes entonces. Estas fusiones canalizaron enormes cantidades de materia hacia los agujeros negros que acechan en los núcleos de las galaxias; a medida que esos agujeros negros aspiraban en materia a una velocidad cercana a la luz, liberaron una inundación de radiación, convirtiéndose en cuásares.

Los cuásares pueden eclipsar a las galaxias grandes, aunque su brillo puede fluctuar cada pocos días, semanas o meses, dependiendo de cuánta materia estén engullendo en ese momento. Con la ayuda del observatorio espacial Gaia y Sloan Digital Sky Survey, los autores del estudio apuntaron a varios cuásares en movimiento en el universo distante, y luego se acercaron con el telescopio Hubble.

Según los científicos, estudiar la fusión de cuásares puede ayudarlos a entender los matices de la formación y destrucción de galaxias. A medida que este fenómeno crece, su radiación puede generar vientos poderosos que en última instancia pueden expulsar todo el gas de formación estelar de su camino. Cuando este gas se ha ido, la formación estelar termina y los cúmulos de estrellas que albergan a los cuásares entran en la jubilación anticipada, esperando lentamente a que todas sus viejas estrellas se quemen y se desvanezcan.