Mató a su expareja y se comió su corazón

Conocido como “El caníbal de Tuxtla”, fue detenido como probable responsable del homicidio de su expareja
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Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Un sujeto que en mayo de 2012 mató a su novia y le sacó el corazón para comérselo, fue detenido e ingresado al penal ‘El Amate’ para cumplir con su proceso penal.

Jimmy Virgilio Villatoro Argüello, conocido como “El caníbal de Tuxtla”, fue detenido el 15 de mayo de 2012, como probable responsable del homicidio de su expareja, Wendy Lizzet Ochoa Méndez, de 19 años, cuyos restos fueron localizados esparcidos debajo de un puente en esta ciudad.

Días antes, “El caníbal de Tuxtla” se videograbó mientras afilaba un par de cuchillos y relataba a solas el destino que le depararía a su expareja sentimental, a quien le comería el corazón.

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Al ser detenido, confesó el crimen, sin embargo, tras tramitar un amparo argumentando que fue torturado para confesar el hecho, en febrero de este año, un juez federal ordenó su liberación.

Poco mas de tres meses le duró su libertad, pues la mañana de ayer Villatoro Argüello fue detenido e ingresado nuevamente al penal el Amate para cumplir con su proceso penal.

Jorge Luis Llaven Abarca, Fiscal General del Estado de Chiapas dio a conocer que fue revocado el auto libertad el pasado viernes 17 de mayo, el cual lo mantenía en libertad desde el mes de febrero y la mañana de ayer jueves nuevamente fue puesto en prisión.

“Queremos informar que el día de hoy por la mañana fue detenido nuevamente e ingresado hoy por la mañana para que enfrente su proceso penal y estaremos muy pendientes, la Fiscalía siempre va a trabajar en favor de la ciudadanía y velará por sus intereses”, indicó.

De ser hallado culpable, podría alcanzar más de 50 años de prisión.

El hallazgo

El 28 de abril de 2012, los familiares de Wendy Lizzet, quien era originaria de Mapastepec y estudiaba bachillerato en una universidad pública de Tuxtla Gutiérrez, perdieron comunicación con ella, por lo que su padre acudió a la vivienda que la joven rentaba esta capital, pero estaba vacía.

Desesperado, el padre se dirigió a las autoridades y notificó la desaparición de su hija, cuyos datos fueron ingresados al apartado de personas extraviadas en el portal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). Las autoridades y familiares implementaron la búsqueda durante dos semanas sin obtener resultados.

Durante la primera semana de búsqueda, se dio a conocer el hallazgo de una cabeza encontrada la tarde del miércoles 2 de mayo de 2012, debajo de uno de los puentes que cruzan el Libramiento Norte Poniente de la ciudad, a 100 metros del Mirador “Los Amorosos”.

Días después, las autoridades encontrarían partes de pies y brazos esparcidos metros más adelante. En esa ocasión, los medios locales informaron que las piezas humanas pertenecían a las de un hombre de aproximadamente 45 años.

Los datos eran imprecisos porque la cabeza, aunque tenía cabello, presentaba la piel acartonada y el rostro había sido rebanado, además, la PGJE manejó el caso con hermetismo.

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La Policía creyó que los animales habían devorado la cara, hasta que la historia dio un vuelco inesperado: no era un hombre; el dictamen forense arrojó que los brazos, las piernas y la cabeza pertenecían a una mujer, no de 45, sino más joven. Y el rostro, tampoco fue devorado, sino mutilado con cortes finos y precisos, similares a las de un cirujano plástico, refirió una fuente.

Con los resultados de las primeras investigaciones, las autoridades se comunicaron con el padre para que constatara si podría tratarse de su hija. El hombre estaba incrédulo. Decidió averiguarlo por él mismo y solicitó un permiso para que un dentista de Mapastepec —quien atendía con frecuencia a su hija— le hiciera un estudio dental. Los estudios confirmaron que era Wendy Lizeth pues la dentadura aún traía las amalgamas que, días antes de su desaparición, le había hecho.

La confesión

En octubre de 2011 Wendy Lizzet terminó —por intento de homicidio— la relación con su pareja, Jimmy Virgilio Villatoro Argüello, entonces de 33 años, y denunció los golpes y amenazas por parte del sujeto y solicitó una orden de aprehensión ante la Fiscalía Especializada en Protección a los Derechos de la Mujer.

Con este antecedente, las sospechas cayeron sobre Villatoro Argüello, por lo que diversas corporaciones policiacas comenzaron un operativo de búsqueda para dar con su paradero.

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El 15 de mayo, Villatoro Argüello fue detenido en un restaurante de esta capital, donde festejaba el Día del Maestro. Tras su aprehensión —dijeron las fuentes consultadas— confesó todo.

Tres días antes de privar de la vida a su expareja, afiló unos cuchillos mientras que con una videocámara y una grabadora documentaba todo lo que le haría a Wendy Lizzet.

El hombre sabía la hora en que salía de clases y la secuestró; en su domicilio le ató de las manos, le cubrió la boca y la estranguló para luego cortarla en pedazos frente a la cámara.

El homicida confesó haber colocado las partes del cuerpo en bolsas de plástico negras y antes de guardar el tronco, le extrajo el corazón para comérselo.

A la cabeza le cercenó el rostro para que la joven de ojos almendrados, cejas semipobladas y nariz aguileña, no fuera reconocida por las autoridades.

Después, el homicida abordó su automóvil y tiró los restos en el puente ubicado en el Mirador “Los Amorosos”, aunque supuestamente —dijo— el tronco o “canal” lo arrojó en el río Sabinal, atrás del edificio de la PGJE, pero las autoridades nunca aclararon si dieron con su paradero.