RELEXIÓN DOMINICAL

El texto del Evangelio de este domingo, Lc 6, 17. 20 – 26, presenta el texto conocido como el de las bienaventuranzas, pero voy a citar al Papa Francisco en la Exhortación Apostólica sobre “el llamado a la santidad en el mundo actual”, documento en el cual toma el texto del Evangelio escrito por san Mateo sobre el mismo tema, 5, 3 – 12, y dice: “Puede haber muchas teorías sobre lo que es santidad, abundantes explicaciones y distinciones.

Esa reflexión podría ser útil, pero nada más iluminador que volver a las palabras de Jesús y recoger su modo de transmitir la verdad. Jesús explicó con toda sencillez qué es ser santos y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas.

Son como el carnet de identidad del cristiano. Así, si alguno de nosotros se plantea la pregunta: ¿Cómo se hace para llegar a ser buen un buen cristiano?, la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas.

La palabra >> feliz<< o >> bienaventurado<<, pasa a ser sinónimo de >>santo<<, porque expresa que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha.

Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos poéticas, sin embargo van muy a contracorriente con respecto a lo que es costumbre, a lo que se hace en la sociedad; y, si bien este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos lleva hacia otro estilo de vida.

Las bienaventuranzas de ninguna manera son algo liviano o superficial; al contrario y que solo podemos vivirlas si el Espíritu Santo non invade con toda su potencia y nos libera de la debilidad del egoísmo, de la comodidad , y del orgullo.

Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. De otro modo, la santidad será solo palabras”.

Que para todos los creyentes, la exhortación que hace el Papa Francisco, a la luz de la Palabra del Maestro Jesús, les haga reflexionar y preguntase: ¿Qué tanto me esfuerzo por vivir las bienaventuranzas?

Se puede orar con las palabras de la oración de la misa dominical: “Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que de dignes habitar en nosotros”.

Que la gracia y el amor del buen Padre Dios permanezca con todos ustedes