Una campaña de derroche y corrupción

Finalmente Oscar Almaraz pidió licencia como alcalde para iniciar su campaña en busca de la reelección. 

La sesión extraordinaria de cabildo se celebró apenas cuatro horas antes del arranque formal de la contienda electoral.

Algo teme Almaraz que su licencia la pidió por un periodo menor a un mes para que el Congreso del Estado no estuviera obligado a nombrar a un alcalde interino. 

La campaña de Almaraz inicia con serios cuestionamientos de corrupción que pesan sobre el propio alcalde y funcionarios de su administración, pero también con graves señalamientos sobre su notoria incapacidad para gobernar la ciudad.

Y es que desde el inicio de su mandato las condiciones de vida de la capital del estado se han deteriorado significativamente. 

Está disminución en la calidad de vida incluye una escalada de violencia como nunca antes vista en la ciudad, la falta de empleo y oportunidades, la ausencia de servicios básicos para la subsistencia como el agua potable, la negligencia en la recolección de basura que deteriora la salud pública e incluso la depredación del medio ambiente. 

Sin olvidar las pésimas condiciones en que se encuentran las calles y avenidas con pozos, baches y socavones que impiden un tránsito seguro, y que incluso ya han cobrado varias vidas, así como la falta de iluminación en avenidas principales y colonias populares, que contribuyen al aumento de accidentes y facilitan la comisión de un delito.   

Almaraz tiene un grave problema porque es el candidato de la continuidad, y no tiene nada que ofrecer más allá de la corrupción. Y no me mal entienda, la corrupción vende. 

De ahí se explica que intereses económicos y políticos dentro y fuera del estado lo respalden, y que su operación se centre en los grupos más necesitados y en los grupos de poder de la capital. 

Si su eslogan de campaña fuera “soy corrupto pero reparto” no causaría ninguna extrañeza entre sus seguidores, incluso lo aplaudirían. 

Pero eso no hace más que exhibir el resto del problema: Victoria está en ruinas, y los responsables son Almaraz y el resto de alcaldes que han venido antes que él y que desde su gobierno ha controlado Eugenio Hernández. 

Así que Almaraz no puede ofrecer un cambio y si lo hiciera, la primer pregunta obligada sería ¿Y por qué no lo has hecho ya, si llevas año y medio como alcalde? O mejor aún ¿Por qué no lo hicieron los anteriores gobiernos de tu partido o las administraciones en las que tu participaste?

Ahora, Almaraz tampoco puede ofrecer continuidad, porque eso lo único que significa son problemas y carencias. Problemas y carencias que él como Alcalde ha sido incapaz de solucionar. 

Así que ambas opciones lo dejan sin ninguna oferta política para el electorado. 

Por eso no es de extrañar que su campaña se centre en la coerción del voto. De eso se ha tratado su mandato. Almaraz no ha gobernador, ha estado en campaña permanente. 

Y ya sea con promesas, recursos privados e incluso recursos públicos, Almaraz está listo para comprar el voto. 

El único detalle es que toda su estrategia depende de eso. Tiene todos los huevos en una canasta, y si eso le falla el día “D” su reelección estará en serios problema. 

No hay que olvidar que aunque el alcalde mantiene infiltrados en las dependencias electorales y de gobierno, su partido ya no las controla, así que alterar el resultado de la elección no es tan fácil como antes, por mucho dinero que se tenga. 

El escenario nacional tampoco ayuda, pues su partido está refundido en el tercer lugar de las preferencias y muy lejos de los punteros.

Sin olvidar a sus rivales, porque Almaraz no compite solo. 

Y tampoco a sus compañeros de partido como Eugenio Hernández, Tomás Yarrington, el propio Pablo Zárate y todos los priistas que se encuentran en problemas con la ley, incluyendo a los prófugos Fernando Cano y Oscar Gómez, por mencionar algunos. 

Una candidatura como la de Almaraz en cualquier lado sería impresentable, el hecho de que ocurra en un estado como el nuestro y en una ciudad como la nuestra, habla del grado de corrupción en el que está impregnado su partido. 

Que no es ninguna sorpresa con dos ex gobernadores tras las rejas.

En estos 45 días que restan para la elección, usted será testigo de un derroche de recursos nunca antes visto para que Almaraz gane la elección, cuando lo vea hágase dos preguntas ¿de dónde salió todo ese dinero? Y ¿por qué no se usa para mejorar la ciudad y solucionar sus problemas? 

Así de simple.

Pues eso. 

Es bueno saberlo: 1) Mientras la familia Torre Cantú celebraba con bombo y platillo el 90 Aniversario del Dr. Egidio Torre López en Los Naranjos, Pablo Zárate era trasladado desde Matamoros hacia el penal de Ciudad Victoria. 

Estas son las dos realidades que viven los priistas de Tamaulipas, y es que mientras unos están de fiesta otros enfrentan graves señalamientos de corrupción y son perseguidos por la justicia.

2) El Rector José Andrés Suárez Fernández se reunión con el sector empresarial de Nuevo Laredo para fortalecer los vínculos de la UAT con la COPARMEX.

Ahí, el Rector reafirmó el compromiso de la máxima casa de estudios para estrechar la colaboración de la UAT con la sociedad, y generar proyectos que fortalezcan los programas académicos para que los jóvenes lleguen mejor preparados al sector laboral. 

3) El gobierno del estado continua con el reclutamiento de elementos para la Policía Estatal.
 
Para ello se ha dispuesto de un sueldo de 15,900 pesos mensuales, además de becas escolares para sus hijos, bonos de útiles, así como estancias infantiles y otras prestaciones, lo que convierten a los elementos de la Policía Estatal de Tamaulipas en los segundo mejores pagados de todo el país.  

La meta es incorporar a 7 mil policías más para reforzar los trabajos de seguridad de la Policía Estatal Acreditable.