Diciembre de 2025 marcará un antes y un después en la bitácora de la educación superior en Tamaulipas.
Lo que hace apenas dos años parecía una meta ambiciosa, hoy es una realidad tangible: la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) ha alcanzado el 100% de acreditación de calidad en toda su oferta educativa.
Este hito, anunciado por el rector Dámaso Anaya Alvarado, no es solo una cifra estadística; es un sello de garantía para cada joven que confía su futuro a esta institución.
Pasar de un 89.9% a la cobertura total de excelencia en programas de pregrado refleja una gestión que no se conformó con lo "bueno", sino que exigió lo extraordinario.
Bajo el liderazgo de Anaya Alvarado, la UAT ha entendido que la transformación universitaria no se logra por decreto, sino mediante una estrategia integral de evaluación y mejora continua que hoy rinde sus frutos más altos.
Pero la excelencia académica se queda corta si no va acompañada de la capacidad de resolver problemas reales. En este sentido, la UAT se ha posicionado en la élite tecnológica de México.
Mientras muchas instituciones apenas exploran la digitalización, la máxima casa de estudios de Tamaulipas opera un laboratorio aéreo único: un avión Cessna 402C equipado con tecnología LiDAR de última generación.
La reciente adquisición de un sensor capaz de emitir un millón de pulsos por segundo (un salto cuántico frente a los 170 mil anteriores) permite a la UAT realizar estudios territoriales con precisión milimétrica.
Esta tecnología no es solo para el aula; es un motor de servicios especializados que ya colabora en 25 estados del país con sectores estratégicos como el energético y el ambiental. La UAT no solo enseña ciencia; la aplica para el desarrollo nacional.
Más allá de los sensores y las acreditaciones, el rector Dámaso Anaya ha mantenido el enfoque en el recurso más valioso de la institución: su gente.
Los recientes festejos navideños en los campus de Victoria, Mante, Tampico y la zona fronteriza, no son meros actos protocolarios. Son el reconocimiento a una comunidad de docentes y trabajadores administrativos (SUTAUAT y SUTUAT) que han sido el motor de estos logros.
"El éxito de una institución se mide por la calidad de sus egresados, pero se sostiene por la unidad y el bienestar de quienes la construyen día a día."
La gestión de Dámaso Anaya Alvarado está entregando una universidad más sólida, más competitiva y, sobre todo, más orgullosa de su identidad.
Al certificar la totalidad de su oferta académica y liderar la vanguardia geoespacial en México, la UAT ha dejado de ser una institución en transición para convertirse en el referente indiscutible del Tamaulipas moderno.
El camino está trazado: excelencia en el aula, tecnología en el campo y humanismo en el trato.
Pues eso.