Reacción en cadena

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No hay discusión, 2019 es el año más violento del país desde que se inició el registro de las estadísticas en 1980. 

Hasta la semana pasada se contabilizaban 32 mil 565 víctimas de homicidio, 3 por ciento más que el año pasado. Y según las estimaciones, la cifra podría cerrar en 36 mil homicidios dolosos, donde apenas 1 de cada 10 se castiga. 

Pero no solo son los asesinatos. 

En lo que va del año se registran 933 feminicidios, 17 por ciento más que en 2018. Mil 565 secuestros, 13 por ciento más que en 2018. 7 mil 915 actos de extorsión, 35 por ciento más que en 2018. 

De ahí que cada vez sean más las voces que exijan que AMLO abandone su estrategia de ‘abrazos no balazos’ para mejorar la seguridad pública. 

Una de estas exigencias vino precisamente del Gobernador de Tamaulipas, quien pidió tipificar a las organizaciones criminales como terroristas, para obligar a las autoridades federales a combatir la delincuencia en las entidades federativas. 

El rechazo del Gobierno Federal ante la propuesta de un gobierno de oposición era de esperarse, pero con lo que no contaba AMLO ni su Cuarta Transformación fue el respaldo de los Estados Unidos a la exigencia del Gobernador Cabeza de Vaca. 

Rápidamente las autoridades federales intentaron encausar el tema en la agenda pública no como un asunto de seguridad pública, sino como un asunto de soberanía nacional. Lo que nunca estuvo en discusión. 

La manipulación sirvió para que AMLO ganara tiempo y respaldo de la opinión pública, pero la exigencia del gobierno norteamericano se mantuvo. 

Y es que para Trump y su base de votantes, la migración y la seguridad nacional son un mismo tema, por lo que el presidente gringo no dejó pasar la oportunidad de mejorar en las encuestas, tal como lo intentó su contraparte mexicana. 

Si tenemos en cuenta que al mismo tiempo se negocia la aprobación del T-MEC (antes TLCAN), el gobierno de Morena quedó contra las cuerdas, y es que AMLO está urgido de que sea este año cuando se firme el tratado comercial dado el mal estado en que se encuentra la economía mexicana. 

Y aquí es donde entra Evo Morales, o más bien donde sale. 

Pues tal parece que la repentina prórroga que concedió Trump al Peje, de retrasar el nombramiento de las organizaciones criminales como terroristas, fue con la condición no solo de que AMLO garantizara el combate al crimen, sino que además le exigió la salida del dictador boliviano del país. 

Por eso es que la repentina salida de Evo para Cuba coincide con la prórroga sobre el terrorismo, pero además con las nuevas condiciones del T-MEC que están solicitando los Estados Unidos. 

Condiciones que no son pocas; se tratan sobre el tema laboral, medio ambiente, medicamentos biogenéricos y el acero y el aluminio. 

Tan graves resultan estos ‘addendums’, según los califica Marcelo Ebrard, que el canciller mexicano se presentó este domingo en el Senado, junto con la secretaria de Economía y el jefe negociador del T-Mec, para informar a los legisladores de las nuevas condiciones impuestas por los Estados Unidos.

Pero el gobierno de AMLO está acorralado, no solo por la violencia creciente que se vive en el país, sino también por el estancamiento económico. 

Esto ha hecho que para la Cuarta Transformación la aprobación del tratado comercial se vuelva una medida fundamental para mantener los niveles de aprobación del presidente, pues de lo contrario la imagen del Peje y de Morena llegaría muy golpeada para la elección intermedia de 2021. 

Esto lo sabe Estados Unidos y lo está aprovechando. 

Ojalá que, por el bien de México, AMLO recuerde esas letras doradas que se encuentran en la pared del Senado de la República: La Patria es Primero. 

Pues eso.