Melhem, obligado a decidir

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Edgar Melhem, dirigente estatal del PRI, se encuentra acorralado entre el dinosaurio y la pared. 

Ninguna opción le gusta al primer priista del estado, pero como dijo AMLO, llegó el momento de definirse: se está a favor del régimen de López Obrador o se está en contra. 

Tras el respaldo de Alejandro Moreno al reclamo de un nuevo pacto fiscal promovido por la Alianza Federalista -donde Cabeza de Vaca es el líder de los gobernadores -el asunto debería estar zanjado. 

Pero no es así. La disciplina priista hace rato que no existe. Ahora, el Revolucionario Institucional se ha convertido en una serie de franquicias estatales más o menos autónomas. 

Para fines prácticos podemos separarlas en tres corrientes internas: la que encabeza la dirigencia nacional, la que forman los gobernadores, y la que integran los dinosaurios de la vieja guardia. 

‘Alito’ representa al PRI que está en contra de AMLO y de MORENA, los gobernadores tricolores representan a Peña Nieto y están a favor de López Obrador, Alfredo del Mazo es el mejor ejemplo, mientras que los dinosaurios como Beltrones se han convertido en comparsa del nuevo régimen por temor a ser investigados. 

Y aunque Melhem fue ungido por el PRI post EPN, el de Río Bravo ha demostrado que se siente más cómodo con el cobijo del Grupo Atlacomulco que con la nueva dirigencia nacional.

De eso se tratan las recientes fotografías que presume en sus redes sociales con personajes como Baltazar Hinojosa, Paloma Guillen y hasta Alejandro Guevara. 

Desde ahí se entienden sus ataques al gobierno del estado, aunque su dirigente nacional esté en medio de las negociaciones de una posible alianza con el PAN, PRD y MC para las elecciones del próximo año. 

Por eso Melhem está acorralado, tiene que elegir entre la visión del priismo nacional, frente a las fobias que el priismo tamaulipeco le tiene al gobernador de Tamaulipas y su grupo político, y que incluye incluso la pugna entre Luis Videgaray y Osorio Chong. 

La respuesta es fácil, pero no es simple. 

El PRI de Tamaulipas, y por lo tanto Edgar Melhem, ganarían más en una alianza opositora contra MORENA.

El problema es que los priistas tamaulipecos no están dispuestos a pagar lo que ellos consideran un precio excesivo por ir junto al resto de los partidos en la boleta. 

Ese precio de castigo no es otro que la designación de candidaturas en municipios menores y distritos marginales. 

Según los cálculos de la dirigencia estatal, esos municipios (actualmente gobierna seis) ya los tiene el PRI en la bolsa, así que ir en alianza con el PAN, PRD y MC no les representa ningún beneficio. De ahí que prefieran jugarse el pellejo en solitario. 

La visión del CEN del PRI es distinta. 

Si el partido del Presidente asegura nuevamente la mayoría legislativa en la segunda mitad del sexenio, la existencia misma de los partidos de oposición -y sus gobiernos -está en riesgo. 

Por eso cada curul cuenta, y por eso el objetivo del PRI Nacional al ir en alianza con el resto de la oposición tiene que ver más con que MORENA no gane, a que sea el PRI el principal beneficiado. 

Ojo, esto no quiere decir que el PRI esté cruzado de brazos y resignado a desaparecer. 

Por el contrario, ‘Alito’ Moreno está calculando que, tal como ocurrió en los 12 años de gobierno federal panista, los tricolores pueden convertirse de nuevo en el fiel de la balanza, en el partido que permita lograr acuerdos y salir ganando de ellos. 

Después de todo esa fue la estrategia que los regresó a Los Pinos. 

Edgar Melhem es un hombre inteligente, ya lo ha demostrado en su larga carrera política, así que para él la respuesta al dilema que hoy enfrenta parece ser obvia.  

La verdadera pregunta que tenemos que hacer es si el dirigente del PRI Tamaulipas tiene la humildad suficiente para actuar en consecuencia. 

Es fácil, pero no es simple. De eso se trata el liderazgo. 

Pues eso.