Las lecciones de Jalisco

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Giovanni López, el albañil asesinado a golpes por la Policía Municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos, en Jalisco, perdió la vida entre la noche del lunes 4 de mayo y la madrugada del martes 5.

Sin embargo su muerte, incluyendo el video de su detención que fue grabado por su hermano, trascendió en la opinión pública hasta un mes después, apenas tres días antes de la doceava Reunión Interestatal Covid-19 celebrada en Tequila, Jalisco. 

Si no le parece extraña la coincidencia, puede agregar el discurso del Presidente en su gira por Veracruz, el pasado sábado 6 de junio, mismo día de la reunión de gobernadores opositores, donde lanzó su amenaza: “se está a favor o en contra de la transformación… es tiempo de definiciones”.

Por si fuera poco, este mismo sábado se cumplieron los primero 100 días de la pandemia en México, alcanzando 13,511 muertos y 113, 619 contagios. 

A estas alturas sería inocente pensar que la alineación de eventos y circunstancias fue obra de la casualidad, en especial si se consideran las protestas sociales que siguieron tras la aparición del video de la detención de Giovanni. 

No, lo que hay detrás de lo ocurrido en Jalisco no es ninguna coincidencia, es una pugna de los grupos de poder en nuestro país, y es por eso que vale la pena detenernos y tomar nota de las lecciones que deja este episodio, porque es muy probable que algo similar vuelva a repetirse.

Primera lección: AMLO puede cometer errores, los gobernadores no. 

No es una cuestión de investidura, sino de respaldo popular. En la medida que López Obrador conserve las preferencias ciudadanas de su lado, tendrá un mayor margen de maniobra para cometer errores e inclusive para corregirlos, sin enfrentar grandes costos políticos. 

Es verdad que la popularidad del Presidente va a la baja, pero todavía no llega a un punto crítico. 

Esto no ocurre con la mayoría de los mandatarios estatales, quienes cargan con sus propios errores, como Alfaro, pero también con los errores que les cuelga por conveniencia el gobierno federal. 

Segunda lección: Será un año de lucha y enfrentamientos frontales.

El año electoral rumbo a la renovación del Congreso, así como 15 gubernaturas y un millar de cargos locales inició el pasado sábado (¿otra coincidencia?).

AMLO no sabrá gobernar pero sabe hacer campaña. Lo ha hecho por casi 20 años. Su estilo es belicoso, frontal, de golpes y de desgaste. 

Las dos notorias diferencias de la próxima elección, en comparación con las del pasado, es que en las boletas del próximo año no aparecerá el nombre de López Obrador y sin embargo tendrá la mayor cantidad de recursos a su disposición para salir vencedor. 

Un ejemplo de estos recursos son sus conferencias mañaneras, su ejército de bots que inundan las redes sociales y por su puesto las giras presidenciales. 

Estas últimas son las que más disfruta y le resultan más efectivas, pues mientras las conferencias y los bots cumplen una función de contención, de defensa, los baños de pueblo le sirven a AMLO para pasar a la ofensiva, como lo demostró con su discurso en Veracruz. 

Tercera lección: la unión hace la fuerza. 

Enrique Alfaro debe agradecer la madurez política de sus compañeros gobernadores, quienes bien pudieron abandonarlo para que enfrentara solo la ofensiva orquestada desde Palacio Nacional.

En cambio, los mandatarios estatales, muchos de ellos con las mismas aspiraciones legítimas de alcanzar la Presidencia de la República, le mostraron su respaldo y frenaron en pocas horas la embestida de MORENA y sus funcionarios.

El reto es que la unidad opositora no solo sea flor de un día y sobre todo que siga creciendo. Porque si al día de hoy siete gobernadores son un contrapeso real, imagine la fuerza de ese bloque conforme más estados se vayan sumando. 

Cuarta lección: AMLO hará lo que sea para ganar. 

La elección federal intermedia del próxima año pone en riesgo la Cuarta Transformación y el proyecto de gobierno transexenal de López Obrador, de ahí que el Presidente esté dispuesto a todo con tal de obtener el triunfo. 

Incluso faltar a su palabra, o mejor dicho; sobre todo a faltar a su palabra. 

Ejemplos hay muchos, pero el más claro es el que acaba de pasar justo ayer, cuando se informó que el Gobierno de México logró obtener un préstamo de mil millones de dólares del Banco Mundial. 

Sobra decirle que no solo durante su campaña, sino que también durante estos 18 meses de gobierno, el Presidente aseguró una y otra vez que su gobierno no se endeudaría.

Lo dijo después de que el primer año de su gobierno México creció 0.00 por ciento, y lo dijo hace una semana, cuando AMLO reafirmó que su gobierno no contrataría deuda para enfrentar la crisis. 

Ayer la realidad lo volvió a desmentir. 

Pero para ser justos, puede que AMLO esté diciendo la verdad. Su gobierno no contrató deuda para enfrentar la crisis, sino para tener recursos para enfrentar las campañas del próximo año. 

Quinta lección: la polarización es la mejor aliada del Presidente. 

Las protestas en Guadalajara no ocurrieron sin motivo y tampoco controladas desde una burbuja. 

Pero lo que sí ocurrió es que ese enojo y esa violencia ciudadana fue avivada y aprovechada por intereses políticos. 

Y eso solo se pudo lograr por el clima de crispación y polarización que fomenta diariamente el Presidente desde su púlpito. 

La división, el encono, el resentimiento y la desigualdad son los elementos que mejor domina López Obrador, no solo en el discurso, también en la calle. 

Así que si la oposición quiere hacerle frente tendrá que hacerlo con otras reglas del juego, y no con las que domina su adversario. 

Hasta aquí las lecciones, que no pretenden ser exhaustivas pero sí las más relevantes. 

Nos guste o no la cuenta regresiva para el 6 de junio de 2021 ya inició, y Tamaulipas, como estado de oposición, donde además de las diputaciones federales se renovarán alcaldías y congreso local, tiene mucho en juego.

Empezando por el presupuesto del próximo año y donde el tema de las participaciones federales y el pacto fiscal volverán a relucir en la agenda pública. 

Así que más vale que estemos preparados.

Pues eso.