La torpeza como forma de gobierno

Como regalo de 10 de Mayo, el alcalde Eduardo Gattás dejó sin agua al 70% de Victoria: más de 300 colonias que dependen del acueducto Guadalupe Victoria. . 

La causa fue una falla eléctrica provocada por la falta de mantenimiento en la planta de rebombeo y en el tanque de La Normal. 

Y aunque el anuncio de la suspensión del servicio se dio el viernes 9, a las 13:03 horas, para la una de la tarde del domingo la Comapa Victoria y el alcalde no habían reportado la normalización del suministro. 

La Comapa informó, eso sí, que se había hecho un arreglo “provisional”, pero el relleno de las tuberías sería gradual y para colmo el envío del agua se realizaría de acuerdo al programa de tandeo. 

Tandeo que por cierto, la propia Comapa no respeta y en realidad es una arbitrariedad más del alcalde.

La prueba clara de que estos tandeos son irrelevantes e inútiles la ofrece la propia Comapa, pues hasta ayer 11 de mayo la dependencia no había actualizado en su página de internet el calendario de tandeos para este mes. 

Con este enésimo corte de agua en la ciudad se exhibe nuevamente la negligencia de Gattás, quien sigue sin ofrecer soluciones reales y de largo plazo para la falta de agua en la ciudad y la mejora del servicio.

Pero también demuestra su incapacidad de solucionar una crisis que él mismo provocó al no tener un plan de mantenimiento programado de la red de bombeo y tuberías. 

Más grave aún si se toma en cuenta que es su cuarto año de gobierno. 

Si la semana pasada hablábamos de como Gattás termina tropezando con sus propias mentiras una y otra vez. Esta nueva crisis nos demostró que Gattás también se tropieza una y otra vez con su ineptitud. 

Y claro, si le sale caro al alcalde, le sale más caro a la capital y a los victorenses, quienes son los que lo padecen. 

Pero si hablamos de ineptitud, Gattás nos dio más ejemplos durante la semana de lo grande que le queda la alcaldía. 

Como cuando se quiso parar el cuello con la reparación del puente peatonal en el río San Marcos. 
 
Gattás fue hasta el puente del 13 bulevar para hacer como que trabaja.

No fue a presumir la reconstrucción del puente, sino su demolición. Al menos del tramo que presentaba mayores afectaciones. 

El asunto es que el municipio decidió no usar una grúa para extraer la viga. En su lugar se taladró con una retroexcavadora, causando destrozos en las columnas y poniendo en riesgo el sustento del puente. 

Antes de eso, Gattás volvió a presumir su autobús. 

El alcalde sacó la alfombra roja de la alcaldía y hasta montó un templete para dar el banderazo de salida al transporte. 

Todo el teatro fue para agradecer al empresario que donó el bus. 

La escena fue un claro contraste de como recibe Gattás al pueblo de Victoria. 

Para empezar porque ni los recibe. Su gobierno es de puertas cerradas. 

Les pone rejas al pueblo, les avienta sus guaruras a los victorenses con tal de no dar la cara y poder escapar por los techos de la alcaldía. 

Y ni hablar de sus camionetas de lujo y su séquito de guardaespaldas con los que se traslada. Algo que MORENA prohibió para sus militantes que como Gattás, han olvidado los principios del movimiento. 

“No robar, no mentir, no traicionar.”

“No puede haber gobierno rico con pueblo pobre.”

Ya para colmo, el sábado se incendió el almacén de Servicios Generales del ayuntamiento, a un costado del edificio principal. 

Hasta el momento las autoridades municipales no saben las causas. No hubo personas lesionadas pero sí daños materiales. 

El problema con Gattás ya no es solo que miente, improvisa y evade, sino que ha institucionalizado la torpeza como forma de gobierno.

No hay agua, pero sí humo. No hay obras, pero sí discursos. No hay resultados, pero sí muchos pretextos.

En esta ciudad deshidratada, lo único que fluye es la ineptitud del alcalde. Y eso, lamentablemente, no lo detiene ningún tandeo.


Pues eso.