Las protestas ciudadanas contra la bancada panista, ocurridas a mitad de semana en Tampico durante una sesión del Congreso itinerante, revelan el hartazgo de los tamaulipecos contra Cabeza de Vaca y su camarilla.
Un hartazgo que se fue acumulando durante sus seis años de gobierno, pero que se ha exacerbado con la revelación de las investigaciones de corrupción en contra de él y sus funcionarios.
Las investigaciones de las autoridades le han puesto rostro y cifras a los abusos que padeció el pueblo de Tamaulipas con el PAN.
Por eso, a tres años de que Cabeza de Vaca salió huyendo del estado, los tamaulipecos exigen que sea detenido y enfrente la justicia.
Cabeza está acorralado. La frontera que divide a México y Estados Unidos se ha convertido en su última defensa.
Ya no tiene aliados, tampoco operadores. Y mucho menos simpatías entre el electorado y la ciudadanía.
Lo único que le queda son empleados, marionetas que acomodó en el PAN Tamaulipas y la bancada panista en el Congreso del Estado.
‘El Cachorro’ y Gerardo Peña son las manos torpes de Cabeza en Tamaulipas.
Tan torpes que por eso el ex gobernador ha tenido que salir y exhibirse en las redes sociales.
“Uno no va a la guerra con lo que quiere, sino con lo que tiene” le gusta decir a Cabeza de Vaca.
Así que el ex gobernador sabe mejor que nadie las deficiencias que padece.
No falta mucho para que Gerardo Peña empiece a ser nombrado en las investigaciones de la Fiscalía Anticorrupción.
Peña encabezó la Secretaría de Bienestar de 2016 a 2019 y fue Secretario de Gobierno en el último año del sexenio panista.
Dos carteras que han sido señaladas por inconsistencias e irregularidades.
De concretarse, se estaría poniendo el último clavo en el ataúd del panismo tamaulipeco. No solo por lo que representa el proceso, sino porque sería en contra de uno de los hombres más cercanos del ex gobernador.
¿Se quedará Peña Flores a enfrentar las investigaciones o emprenderá la huida como lo hizo Cabeza de Vaca?
Cabeza ya demostró que no está dispuesto a ayudar a sus secretarios al grado de dejarlos solos.
¿Cuántos secretos guarda Gerardo Peña de Cabeza de Vaca? ¿Cuánta información tiene para darle a las autoridades?
Son preguntas que pronto podrán ser respondidas.
Pues eso.
Es bueno saberlo: Matamoros es uno de esos claros ejemplos donde la oposición está desesperada.
Y es que desde el anonimato buscaron hacer una tormenta en un vaso de agua para afectar al alcalde Beto Granados.
Sin embargo, Granados dio ejemplo de oficio político y buena gobernanza, y en menos de 24 horas solucionó las preocupaciones ciudadanas.
Las cuales se concretaron en acuerdos y medidas reales con el sector empresarial.
Se simplificaron trámites municipales, se eliminaron todas las multas y recargos y se presentó un plan de regularización accesibles para todos los negocios.
Beto Granados le demostró a la oposición que cuando hay liderazgo, los intentos de división terminan fortaleciendo la unidad.
El sector empresarial quedó satisfecho con estas medidas y respaldaron las acciones del alcalde: INDEX, CANACO, UCEN, CANACINTRA, CANIRAC, Pollo Feliz, Carnicerías La Nacional y muchos otros comercios agradecieron la apertura y el diálogo de Granados.
Matamoros tiene un alcalde que no se esconde: da la cara y resuelve.