Eugenio y Almaraz, marginados y derrotados

El madruguete que Egidio Torre les aplicó en el registro de la planilla naranja dejó noqueados a los geñistas, quienes se sentían los únicos priistas de Tamaulipas.



Porque más allá de perder los asientos en el Consejo Nacional del PRI, Eugenio Hernandez, Oscar Almaraz y el resto de los delincuentes que los respaldan, se dieron cuenta que ni siquiera controlan el destino del PRI en el estado, del que ya se creían los dueños.



Y si no controlan al partido en la entidad, mucho menos la asignación de candidaturas que desde el 5 de junio ya se habían repartido entre los ladrones que conforman el grupo político del ex gobernador prófugo de la justicia.



Pero si el madruguete en el registro de la planilla naranja con el ex gobernador Egidio Torre a la cabeza fue el primer golpe contra Eugenio Hernández, el knock-out llegó cuando el CEN del PRI anunció a los tamaulipecos que formarían parte de su Consejo Nacional.



Y es que del grupo de Hernández Flores únicamente Susana Hernández y Oscar Almaraz fueron considerados para pertenecer al máximo órgano priista.



Vale aclarar que ambos entraron no por una concesión para con Eugenio, sino por la prerrogativa del cargo que ostentan, una como dirigente sectorial y el otro por su cargo de elección popular.



Pero si tiene alguna duda del repudio que genera el clan Hernández Flores en el escenario nacional, vea que impresentables sí lograron obtener su lugar como consejeros del PRI: Humberto Moreira, José Murat y Guillermo Ruiz de Teresa.



Con eso se da una idea del grado de rechazo que levanta Eugenio en los círculos nacionales priistas, donde guarda una peor imagen que Moreira o el propio Murat.



A raíz de los resultados, que los dejan muy mal parados, los geñistas han apurado la renovación de la dirigencia estatal del PRI, donde Manuel Muñoz sigue siendo su carta fuerte.



La urgencia de acaparar la posición es que además de tomar el control del partido, los geñistas tendrían en Manuel Muñoz a quien será el sustituto de Oscar Almaraz como candidato a la gubernatura.



Y es que el impresentable alcalde basura de la capital del estado ni siquiera pudo ganar la elección sindical de los trabajadores del ayuntamiento, en donde metió las manos durante todo el proceso.



Por lo que pensar que puede ganar una reelección a la alcaldía es, a estas alturas, un sueño guajiro.



El plan b de Almaraz es buscar la Senaduría, la cual conseguiría hasta perdiendo, acompañado en la fórmula por Susana Hernández.



El problema que tienen ahora, es que tras el consejo nacional es más probable que Alejandro Etienne y Aída Zulema conformen dicha fórmula.



Por lo que para Eugenio y compañía, Manuel Muñoz representa su última carta; político joven, con experiencia en las campañas y procesos electorales, que se distanció de las corruptelas del grupo compacto y que es bien visto por las otras corrientes priistas.



Su único problema es que no deja de apestar al clan Hernández Flores.



Y por si eso fuera poco, tras la recompensa que se ofreció por Tomás Yarrington, los reflectores de la justicia buscan ahora al antecesor de Egidio Torre.



El problema para Eugenio es que no es la justicia mexicana, sino la de los Estados Unidos, donde no hay relación que valga para evadir la aplicación de la ley.



Tremendo fin de semana para los geñistas, a quienes los derrotó la soberbia y un ex gobernador del que se burlaban por su falta de oficio político.



Ahí está el problema de ignorar la realidad y creer su propio mundo de fantasía.



El pueblo de Tamaulipas los repudia y por si no quedaba claro, los priistas también.





Pues eso.





Es bueno saberlo: 1) A quien también repudian, pero en Reynosa, es a su alcaldesa Maki Ortiz, quien fue vapuleada por una jovencita para entrar en el consejo estatal panista.



Los azules tienen claro que nada quieren con el PRI, y las amistades peligrosas de Maki con los tricolores le han pasado factura.



Eso y su negativa de trabajar en conjunto con el gobernador y primer panista del Estado.