El tercero en discordia

Las grillas y los rumores dentro y fuerza del PRI Tamaulipas sostienen en estas fechas a dos precandidatos como finalistas para la candidatura a la gubernatura.



Ya será dependiendo a quien pregunte la pareja que le refieran. Todo es parte del juego político y de las consecuencias de tener a gente en el partido que le sobra ambición pero que le faltan méritos.



El problema es que lo que empezó como un ejercicio de pluralidad dentro del PRI se ha convertido en una batalla campal donde abundan los golpes bajos y las descalificaciones en el que el más perjudicado es el propio tricolor.



Y es que la elección de 2016 se antoja por demás complicada con una oposición envalentonada y un intereses ciudadano legítimo por las candidaturas independientes.



Por eso que siete aspirantes (por hablar de la media) levanten la mano y se crean con posibilidades solo exacerba los ánimos.



Ánimos que se caldean al alargar los tiempos provocando lo inminente, la guerra sucia entre los cuadros.



En primera porque al postergar la decisión se ha intuido (de mala manera) una suerte de indefinición del partido, y en segunda porque se percibe (de mala manera) una fragilidad entre los supuestos finalistas, teniendo entonces como consecuencia que el resto de los aspirantes se sienta con los tamaños y las posibilidades de tumbar a quien se encuentre en primer lugar.



Porque ahora resulta que la mayoría de ellos se ven como el tercero en discordia. Aquel que se presenta como la tercera opción capaz de solucionar el supuesto punto muerto en el que se encuentra el partido con los dos (otra vez) supuestos finalistas.



Si está interesado en encontrar a los promotores de la guerra sucia de estos últimos días búsquelos ahí, en la parte trasera del pelotón. Olvide la oposición, el enemigo está en casa.



Y sea cual sea la decisión, la pregunta que desde hoy se hacen en el partido es que si habrá la suficiente disciplina para evitar una fractura, fractura de gran tamaño a juzgar por la contundencia de los golpes.



Mal harían los interesados en la candidatura en olvidarse que la verdadera elección es el 5 de junio de 2016.



De nada sirve conseguir la nominación si se deja un partido dañado en sus bases, incapaz de competir.



Porque no es exageración, a ese grado han llegado los señalamientos.



El partido tiene que llamar al orden pronto, si no espera tener un próximo año convulso empezando desde su primer mes.



Como se nota que han cambiado los tiempos, y es que hasta hace poco diciembre (hasta en la política) era un mes para la tregua y la reflexión. Hoy es lo último que se respeta.





Pues eso.





Es bueno saberlo: 1) Sumados a la moda de las predicciones, desde el sonido del tambor nos atrevemos a asegurar que por lo menos un ex gobernador caerá ante la justicia en 2016. La apuesta es segura si se recuerda que Guillermo Padres (Sonora, PAN), Rodrigo Medina (Nuevo León, PRI) y nuestros conocidos Tomás Yarrington y Eugenio Hernández tienen procesos judiciales muy avanzados en su contra. Los momios van 2-1 para Tamaulipas. Aunque el morbo en todo caso está en saber el cuándo, antes o después del proceso electoral.



2) Si usted todavía mantiene adeudos prediales está a tiempo de aprovechar el periodo de gracia que han dado los municipios como Victoria, Reynosa y Tampico, donde las multas y recargos desaparecen para facilitar la puesta al corriente. Aproveche.