Bomba de tiempo

El próximo 8 de septiembre, el Gobierno Federal presentará a la Cámara de Diputados el Paquete Económico del 2020. 

En este documento se detallan las estimaciones de ingresos, gastos, la deuda y las políticas económicas que seguirá el país el próximo año. 

El Paquete Económico está compuesto por la Ley Ingresos de la Federación (LIF), el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPE) y los Criterios Generales de Política Económica. 

El año pasado, en su primer Paquete Económico, el presidente estimó ingresos petroleros de 942 mil 517.6 millones de pesos sin embargo, transcurrido medio año, se prevé una reducción de 153 mil 600 millones de pesos.

De igual forma, los ingresos tributarios para este 2019 se estimaron en 3.31 billones de pesos, sin embargo para el segundo trimestre del año las autoridades hacendarias plantearon un ajuste a 3.23 billones de pesos, 72 mil 800 millones de pesos menos. 

La falla en los cálculos de los ingresos petroleros e ingresos tributarios suman en total 226 mil 400 millones de pesos, de los cuales 121 mil millones serán compensados por el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), mientras que el faltante se eliminará con más recortes al gasto. 

Utilizar fondos del FEIP no es una situación normal, ya que estos recursos están pensados para ejercerse exclusivamente cuando el país enfrenta una crisis económica a nivel mundial, como la que se proyecta en los próximos años. 

Al cierre del primer semestre de este año, los recursos del FEIP eran de 296 mil 313.70 millones de pesos, sin embargo el gobierno de AMLO contempla usar el 41% de dichos recursos para compensar el faltante de su gasto. 

De ahí la importancia de un Paquete Económico equilibrado y sobre todo apegado a la realidad. Algo que, desafortunadamente, parece ser mucho pedir para esta administración.

226 mil 400 millones de pesos es la diferencia entre el mundo de fantasía de nuestro presidente y la realidad en que vive el país. La mala noticia es que esta cifra seguirá aumentando. 

En la estimación de ingresos petroleros, por ejemplo, el gobierno de la cuarta transformación plantea no contratar seguros petroleros, esos que te garantizan un precio mínimo del barril de crudo en caso de fluctuaciones inesperadas en los mercados. 

En cuanto a los ingresos tributarios, una menor recaudación significa una menor actividad económica. Para las finanzas nacionales, una diferencia de crecimiento de 0.1% a 0.0% tiene consecuencias serias. Lo peor de todo es que las estimaciones del propio gobierno indican que la actividad económica seguirá contrayéndose en los próximos meses. 

Una muestra más de la ignorancia económica de López Obrador es la de la eliminación del Ramo 23, no solo porque atenta directamente contra el desarrollo municipal sino porque hace imposible detonar proyectos de desarrollo regional necesarios para fomentar crecimiento económico, precisamente de lo que adolece el país. 

Por eso los alcaldes de todo México ya se están organizando para exigirle al presidente que reconsidere su propuesta, algo que difícilmente sucederá. 

La miopía López Obrador es creer que con darle dinero a la gente se va activar el crecimiento. 

En sus propias palabras: “tienen más poder adquisitivo”. Una falsedad, porque ante la incertidumbre y las malas decisiones de su gobierno, tanto empresas como consumidores tienen miedo de gastar su dinero, lo que se traduce inmediatamente en el estancamiento económico que estamos padeciendo. 

El llamado gasto social de AMLO no ha servido para reducir la pobreza, tampoco para mejorar la desigualdad económica y mucho menos para generar crecimiento económico. 

A estas alturas, los malos resultados de sus políticas públicas y sociales deberían de ser suficiente para obligarlo a replantear su modelo económico. 

Pero ya sabemos que el presidente no solo es terco y abnegado, sino que además su soberbia le impide reconocer que está equivocado y que la república amorosa que pregona solo existe en su imaginación. 

López Obrador se ha arrinconado solo y poco a poco se ha quedado sin salidas. Una primera opción para mantener sus dádivas sociales es aumentar el déficit presupuestario en medio punto del PIB, la otra es aumentar los recortes presupuestales y estancar más la economía. 

Ninguna salida es la correcta, pero son las únicas que le permiten al presidente seguir aferrado a su clientelismo político. 

El Paquete Económico para el próximo año se convertirá en una bomba de tiempo para el gobierno federal, el problema es que al estallar los afectados serán primero los pobres y luego todos los demás.

Esos son los peligros de elegir funcionarios con uno por ciento de capacidad. 

Pues eso.  

Es bueno saberlo: 1) Mientras el escenario nacional está plagado de incertidumbre, las autoridades de Tamaulipas han ofrecido todo su respaldo a los inversionistas que traen su dinero a nuestro estado para generar mayores fuentes de empleo. 

El nuevo Parque Eólico Tres Mesas Fase 3 es un ejemplo de ello. Operado por la empresa francesa Engie, está conformado por 15 aerogeneradores con una capacidad de producción anual por hora de 200 gigawatts, que equivale al consumo de 126 mil hogares. 

“Yo estoy muy contento de ver que esto que está aquí (los aerogeneradores), es sinónimo de innovación, de desarrollo, de generación de empleos, de riqueza. Eso es lo que está marcando la pauta en nuestro estado y a nivel nacional”, dijo el Gobernador.

2) El Gobierno de Victoria sigue trabajando para reestablecer el servicio de agua a todos los hogares de la capital. 

El Doctor Xicoténcatl González ya solicito al Gobierno del Estado el apoyo para reemplazar las bombas del acueducto, así como 50 kilómetros de tubería lo que representa una inversión de 200 millones de pesos. 

Además, el municipio invertirá otros 50 millones de pesos en lo que resta del año para lograr la sectorización de abasto del agua en la ciudad.