AMLO, de pisa y corre

AMLO vino a Tamaulipas, pero a diferencia de sus anteriores giras, esta vez no hubo baño de pueblo, es decir, no hubo evento público ante acarreados y sociedad civil. 

La vista de AMLO a tierras tamaulipecas fue literalmente un transbordo, una escala entre Ciudad Valles y la Ciudad de México. 

En lugar de pasar las horas en la sala de espera del Aeropuerto Internacional de Tampico, el Presidente y su comitiva, incluida la Secretaria de Energía, se dieron la vuelta por la Refinería de Madero. 

No hubo un gran discurso, ni tampoco un anuncio espectacular como acostumbra el ejecutivo federal en las giras al interior de la República. Tampoco hubo competencia de aplausos o abucheos. 

El paso de AMLO por Tamaulipas fue de carácter privado, casi a escondidas, de pisa y corre. 

Solo el Gobernador del Estado y el Senador Américo Villareal fueron los funcionarios electos que recibieron y acompañaron al Presidente. El primero en su carácter de anfitrión, el segundo en su carácter de amigo. Nadie más. 

La visita exprés de AMLO a Tamaulipas fue una oportunidad perdida, porque justo ahora ‘la maldita frontera’ (como diría Trump) está enfrentando graves problemas. 

Uno es precisamente ese, la amenaza del presidente estadounidense por cerrar el paso de bienes y personas en los límites con México. 

Algo que no solo afectaría a Tamaulipas, sino a todos los sectores económicos del país. 

Pero tal parece que eso no merece la suficiente atención de López Obrador, quien en cambio está muy ocupado analizando la construcción de un aeropuerto en la huasteca potosina para recortar las escalas de sus viajes. 

Las amenazas americanas no son el único pendiente por estos lugares. También está el tema de las huelgas ilegales promovidas por el Senador Gómez Urrutia y que han echado a bajo los esfuerzos del Presidente para crear mejores condiciones económicas en la llamada ‘zona franca’. 

Sin olvidarnos del tema de la seguridad, el paso de migrantes o el retraso de los censos y apoyos de los programas sociales del gobierno federal.

Lo dicho, la visita de AMLO por Tamaulipas fue una oportunidad perdida, que para lo único que sirve es para comprobar el poco interés que tiene el mandatario federal para atender las problemáticas que enfrenta nuestro estado.

Y si no pregúntele a los productores campesinos y ganaderos que todavía están esperando ser atendidos por el gobierno federal y su delegado en Tamaulipas. 

Quien de plano no vino como previamente lo había anunciado fue Yeidckol Polevnsky, la secretaria general de Morena y presidenta interina en funciones. 

Su visita estaba prevista para el sábado 30 de marzo, en lo que Morena Tamaulipas denominó ‘Acto de Unidad Partidista’ celebrado en el Motel Las Fuentes. 

Pero la señora nunca apareció, ni este sábado ni en todo el periodo previo al registro de los candidatos que participarán en la próxima elección local.

Al igual que AMLO, la dirigente de Morena demostró el poco interés que tiene el Movimiento por lo que ocurre en Tamaulipas. 

Y vaya que Morena ocupa a su dirigente interina para poner orden después de la intervención de Alejandro Rojas y Ricardo Monreal, quienes quisieron apropiarse de la franquicia en Tamaulipas y entregar las candidaturas a sus amigos priistas. 

Ante el desprecio de la nomenklatura Morena por Tamaulipas, no sería extraño un revés en las próximas elecciones locales. 

Esta semana AMLO fue víctima de tres abucheos en distintos estados del país, prueba de que la luna de miel entre el mandatario y el ‘pueblo sabio’ se está acabando. 

Como dice el refrán popular; “Acciones son amores, no besos ni apachurrones”. 

Pero hasta la fecha, el Presidente no ha presentado ninguna acción concreta para apoyar a Tamaulipas, sino todo lo contrario. 

Tal vez esa fue la razón para que AMLO haya decidido no dar la cara en tierras tamaulipecas, y en su lugar prefirió tener una tranquila visita de carácter privado, alejado de los reflectores de la prensa y sobre todo lejos de los ciudadanos.

Pues eso.