AMLO huye de los Gobernadores

 

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El pasado viernes 26 de junio, los gobernadores que integran la Alianza Federalista se reunieron en Tampico para continuar el intercambio de experiencias y la elaboración de políticas para enfrentar la pandemia.

Mientras eso ocurría en Tamaulipas, en Michoacán, grupos indígenas tomaron las carreteras para interceptar el convoy presidencial con la intención de obligar a López Obrador, quien realizaba una gira de trabajo, a escuchar sus demandas. 

En la reunión de gobernadores, donde participaron los mandatarios de Nuevo León, Coahuila, Guanajuato, Colima, Durango y Tamaulipas, se sumó Javier Corral de Chihuahua, quien junto con Jalisco y Michoacán integran el bloque.

Los mandatarios estatales llegaron a acuerdos importantes; pactaron estrategias de integración para aprovechar las ventajas de T-MEC, crearon la plataforma de comercio digital DIGIMEX para promover los productos mexicanos, establecieron un grupo de trabajo que analizará con las autoridades federales el regreso a clases para el siguiente ciclo escolar, para dar certidumbre a la población pondrán en marcha a plataforma RASA (Radar Salud) para informar de forma veraz y oportuna las estadísticas del COVID, e incluso revisaron las estrategias de seguridad en las entidades participantes. 

La gira de AMLO no fue tan productiva. A la protesta de los grupos indígenas del sábado en Michoacán, le antecedió otra protesta ciudadana el 25 de junio, en Cuernavaca, Morelos, donde nuevamente un grupo de manifestantes impidió por unos minutos el paso de su convoy. 

Y una semana antes, el 18 de junio, la caravana del presidente casi atropelló a un manifestante en Tlaxcala, que protestaba también contra las políticas del Presidente. 

Sin olvidar, por supuesto, las marchas vehiculares que organiza el Frente Nacional Anti AMLO cada 15 días y que este sábado se realizaron en las principales ciudades del país, incluida Victoria. 

La agenda presidencial y la agenda de los gobernadores es prácticamente la misma: covid, seguridad y economía, como grandes temas, y sin embargo su trayectoria son dos líneas paralelas que nunca llegan a tocarse. 

Está claro que esto no es obra de la casualidad, el grupo de gobernadores (donde está incluido Tamaulipas) se vieron obligados a la unión interestatal ante la cerrazón del Presidente, que rehuye los llamados al diálogo. 

AMLO confronta a quienes no pueden defenderse, y a los pocos que pueden les niega el diálogo. 

Esa es la forma que López Obrador entiende para gobernar: la imposición. 

La otra parte, la negación del conflicto, es una mera estrategia electoral, pues al no reconocer que existe una oposición a su gobierno solo queda una verdad: la suya. 

Por eso AMLO les niega audiencia a los gobernadores. 

Por eso el Presidente minimiza la pandemia, aún frente a los datos demoledores. 

Por eso López Obrador niega la guerra contra el crimen. 

Y por eso pide a sus seguidores que no respondan a las caravanas de protesta contra su gobierno. 

Por eso fue muy importante el llamado que desde Tampico le hizo el Gobernador Cabeza de Vaca al ejecutivo federal. 

El mandatario tamaulipeco le recordó a Obrador la necesidad del diálogo, pero antes le recordó que la Alianza Federalista no es ningún grupo golpista ni separatista, “adjetivos inadmisibles entre demócratas” remarcó Cabeza de Vaca, sino que es una expresión propia de la pluralidad política. 

Los Gobernadores piden el diálogo con el Presidente para debatir con argumentos y desde la razón y la ley, lo mejor para el país. 

AMLO no se ha pronunciado al respecto, pero tarde o temprano tendrá que hacerlo, pues mientras el bloque de gobernadores sigue creciendo en número y popularidad, el mandatario federal enfrenta cada día más protestas y el desencanto de sus votantes. 

Los ataques recientes de AMLO contra el INE refuerzas la hipótesis: AMLO le tiene miedo al conflicto porque tiene miedo a perder. 

No ataca al bloque de Gobernadores porque sabe que saldrá perdiendo, así que en vez de eso prefiere atacar al árbitro. 

La estrategia que todo futbolista llanero conoce cuando se está perdiendo contra un mejor equipo; cocer a patadas al rival y protestarle todo al silbante, y en una de esas clavar un contragolpe. 

Para ser amante del beisbol, López Obrador está muy versado en el deporte del barrio. 

Pues eso.