En solo dos años, Tamaulipas sacó de la pobreza multidimensional a más de 240 mil personas.
Dicho de otra forma: como si toda Ciudad Madero hubiera dejado atrás la pobreza, o como si casi toda Altamira hubiera salido de la estadística negra.
Un logro extraordinario por donde se mire.
En el caso de la pobreza extrema también hay excelentes resultados: más de 50 mil tamaulipecos superaron esta condición.
Esto equivale al doble de los habitantes de Xicoténcatl o al 100% de la población de González.
Son cifras del INEGI, dadas a conocer en su informe sobre Pobreza Multidimencional 2024, el pasado 13 de agosto.
Ambos resultados superan el promedio nacional, lo que ubica a Tamaulipas entre los mejores lugar del país en ambas mediciones.
Pero no solo eso.
Para determinar la pobreza multidimencional, además de evaluar el bienestar económico se evalúan los derechos sociales.
Una persona se clasifica en pobreza multidimensional cuando no tiene los ingresos suficientes para adquirir una canasta alimentaria (criterio económico) y cuando tiene al menos una carencia social (rezago educativo, carencia de servicios de salud, falta de seguridad social, carencia de vivienda, servicios básicos, alimentación nutritiva).
Y esto es importante porque Tamaulipas ha avanzado en todos estos renglones.
En rezago educativo el estado registra un 15.2%, 3 puntos mejor que la media nacional de 18.6%.
En la carencia de servicios de salud, Tamaulipas es de los estados con mejor cobertura y rebasa al promedio del país en 9 puntos.
En la carencia de acceso a la seguridad social, nuevamente destaca nuestro estado, ubicándose 11 puntos encima de la media del país.
Respecto a la vivienda, Tamaulipas es el estado número 7 de 32 con mejores condiciones, superando en 3.6% al promedio nacional.
En la carencia de servicios básicos, el estado lidera entre las mejores 8 entidades de México, rebasando la media en más de 9 puntos porcentuales.
Finalmente, en el acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, Tamaulipas también está entre los primeros lugares del país con 9.7%, mientras que el promedio es de 14.4% al referirse a la carencia de la población en este renglón.
El desglose es importante para valorar en su totalidad este logro del gobierno de Américo Villarreal.
Porque cuando se habla de pobreza multidimensional se está hablando de todos estos factores.
Se trata de un esfuerzo en conjunto de estado y federación. Y a cada quien le toca hacer su parte.
Y en Tamaulipas se están haciendo bien las cosas, por eso destaca a nivel nacional en comparación de otras entidades.
Las cifras del INEGI no miden discursos ni buenos deseos, se trata de realidades. Personas de carne y hueso.
Casi 300 mil personas que en solo 2 años mejoraron sus condiciones de vida en Tamaulipas, gracias a la intervención del gobierno estatal, al reducir sus carencias sociales.
En el otro renglón, el de los ingresos, también hay buenos resultados; el ingreso mensual está por encima del promedio del país y en caso de la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza extrema es de apenas el 5% (en Chiapas es del 35.3% y en Guerrero es de 28.9%).
Tamaulipas se está transformando y al empezar desde abajo, como las buenas construcciones, se están creando las bases para que el efecto sea multiplicador.
La reducción de la pobreza también reduce la desigualdad. Esto crea mayor movilidad social, dinamiza la economía local.
Una sociedad menos desigual invierte más en educación y salud, generando personas mejor preparadas y más competitivas.
Hay mejoras en la esperanza de vida, nutrición y bienestar social.
Se crea un sentido de pertenencia, con un Tamaulipas más justo, más estable y más próspero.
Todo eso implica la reducción de la pobreza.
Lo dicho, un logro extraordinario por donde se mire.
Pues eso.