SIGUE EL ESTANCAMIENTO INTERNO

Prácticamente se acaba el año. El viernes conocimos la actividad industrial de octubre y los puestos de trabajo asegurados en el IMSS de noviembre, y este viernes sabremos qué pasó con la oferta y demanda agregadas, así como el ahorro bruto. Esto ya lo conoce usted, casi en su forma final, porque lo hemos analizado con algún detalle en las últimas semanas: cae el consumo -12 por ciento, la inversión -20 por ciento, y a cambio tenemos un incremento impresionante en la cuenta corriente, que será lo que usted verá como una gran salida de ahorro de México hacia el exterior.

Por el momento, el comportamiento de la industria es muy interesante. Como ya sabíamos (por las exportaciones), las manufacturas se han recuperado casi por completo. En comparación anual, hay una caída de -1 por ciento, que se explica porque ropa y calzado siguen muy mal (-30 y -22 por ciento, respectivamente) y tampoco le va bien a impresión (-17 por ciento). Todo lo demás ya está en comportamiento normal, algunos caen, algunos crecen, pero todo en un dígito.

Minería ronda también -1 por ciento, que no es un dato malo, pero este sector depende mucho de la extracción de petróleo, que esta columna no cree que pueda recuperarse. Ya lo veremos en 2021. Electricidad, gas y agua siguen por debajo del comportamiento normal. En octubre la caída fue de -5 por ciento, que no es frecuente en este rubro. Debe responder a una caída todavía relevante en los servicios, porque la industria, ya veíamos, no está en problemas.

El sector que no puede reactivarse es la construcción. En octubre anda en -10 por ciento, comparando con octubre de 2019, que ya tenía una caída considerable: -11 por ciento frente a octubre de 2018, que también tuvo saldo negativo, -2 por ciento contra octubre de 2017. Más claro, la construcción está hoy casi -24 por ciento por debajo del dato de mayo de 2018, el más elevado en esos meses.

Si uno quiere ser optimista, puede decir que el dato de octubre es mucho mejor que el promedio del tercer trimestre, que fue una caída de casi -18 por ciento en construcción. Pero la verdad es que, si se observa el comportamiento de esta industria desde 2018, hay una caída constante desde mayo de ese año, como decíamos, que obviamente se agrava con la cuarentena de abril y mayo de 2020, pero que es independiente de la pandemia. Es resultado, lo hemos dicho muchas veces, de un cambio de orientación de la economía mexicana que ha implicado la pérdida de confianza de los inversionistas.

Por esa razón, aunque es seguro que tendremos mejores datos en construcción en los próximos meses, no se ve cómo podría regresar a los niveles previos al actual gobierno. Seguramente usted verá crecimientos de 30 por ciento en abril y mayo, por efecto comparación, pero en el promedio, la construcción en 2021 seguirá estando 20 por ciento por debajo del nivel de 2018. Puesto que esta industria representa casi dos terceras partes de la inversión, hablamos de que la contracción en este factor tan importante se mantendrá durante, al menos, todo el año próximo. Si la tragedia legislativa que describimos el viernes continúa, puede ser todavía peor.

En lo relativo al consumo, el incremento de asegurados en el IMSS es una buena noticia, aunque en comparación anual estamos -3.6 por ciento por debajo del nivel de noviembre de 2019. La masa salarial formal apenas recuperó terreno positivo. Sin embargo, los datos de ventas no son extraordinarios. ANTAD reporta un crecimiento similar al de octubre, y eso implica que, todavía, a tasa anual, debemos tener un consumo deprimido.

Lo dicho, es el sector externo el que está funcionando. Todo lo demás sigue mal, y posiblemente así siga por mucho tiempo más.