Medicinas robadas

"Gracias a ti he sabido que la verdad es sólo un cabo suelto de la mentira".

Joaquín Sabina
 
 
CUERNAVACA.- Entre 10 y 15 personas, algunas armadas, llegaron el domingo 4 de octubre en la madrugada a un almacén en Iztapalapa en la Ciudad de México. "Iban en tres tractocamiones, una camioneta de carga, una camioneta express", según Carlos Jiménez de C4noticiasmx.com. "Amagaron a los trabajadores del lugar, los golpearon, amarraron y encerraron en un cuarto... En unas dos horas se robaron 35 mil medicamentos oncológicos".

Sí, leyó usted bien, medicamentos oncológicos. Estos ladrones no buscaban joyas o efectivo, sino un producto que se ha vuelto valioso por su escasez, pero que hay que saber almacenar y distribuir y que solo puede venderse a través de canales especializados.

Según información de Ana Francisca Vega, un grupo de padres de niños con cáncer acudieron el 9 de octubre con autoridades de salud en Palacio Nacional para exigir medicamentos. "Ahí les dijeron que hubo un robo importante de medicamentos oncológicos. Les pidieron además que ellos -los padres y madres- lo dieran a conocer a la opinión pública".

La Cofepris difundió un comunicado el 9 de octubre en el que señalaba que "fue notificada el pasado 7 de octubre... sobre un robo ocurrido en las instalaciones de la empresa NOVAG INFANCIA, S.A. DE C.V., de diversos productos, entre ellos medicamentos producidos por la empresa LABORATORIO KEMEX, S.A., los cuales aún no cuentan con registro sanitario". El documento señalaba que los medicamentos de Kemex "sólo se distribuyen en el sector público" y pedía al público y a las farmacias que no los adquirieran y que alertaran en caso de encontrar alguno.

Llama la atención que la escasez de medicamentos oncológicos, que el presidente López Obrador dijo primero que era una invención, está produciendo robos de un producto que tiene un mercado muy especializado. Pero hay otros aspectos notables en la información sobre este caso.

Novag es un laboratorio comercial. ¿Por qué tenía medicamentos de otro laboratorio, y además de uno que solo produce medicamentos para el sector púbico? ¿No había el Presidente llamado corruptas a las distribuidoras y señalado que el propio gobierno manejaría los medicamentos del sector público?

Al parecer los medicamentos robados habían sido importados de Argentina. ¿Por qué estaban, entonces, en un almacén de un laboratorio privado? ¿Acaso no nos dijeron que la Marina estaba importando directamente los medicamentos oncológicos para remediar el desabasto?

Novag produce una amplia variedad de productos, pero ninguno oncológico. Estos requieren de medidas especiales de almacenamiento y distribución. ¿Por qué se le dio a Novag el contrato para guardar en su almacén estos medicamentos de una firma que solo vende al sector público? ¿Cómo se le dio el contrato si ya no hay licitaciones para la distribución? ¿O, acaso, no hubo contrato?

La Cofepris ha señalado que los medicamentos no contaban con registro sanitario. ¿Por qué estaban entonces en un almacén privado, al parecer listos para su distribución? Y ¿quién dio a los ladrones el pitazo de que había en ese almacén 35 mil medicamentos oncológicos que no debieron estar ahí para empezar?

El robo parece la punta de un gran iceberg. Si descubrimos lo que hay detrás, entenderemos las distorsiones provocadas en un mercado crucial por medidas miopes del gobierno.