MEDALLAS OLÍMPICAS 

"Si no importa quién gana o pierde, ¿entonces para qué tienen el marcador?".

Vince Lombardi
 
 
ACAPULCO.- Estados Unidos vino de atrás para quedar en primer lugar en el medallero olímpico, en el formato tradicional que da prioridad a las preseas de oro. Obtuvo 39 de oro, 41 de plata y 33 de bronce para un total de 113. China consiguió 38 de oro y 88 en total. Ha sido común que estos dos países ocupen los dos primeros lugares en los más recientes Juegos Olímpicos, a pesar de que China no participó de 1956 a 1980 y de que en el periodo maoísta era uno de los más pobres del mundo.

Estados Unidos ha sido siempre la gran potencia olímpica. La antigua Unión Soviética fue su mayor rival durante décadas y Rusia ha seguido siendo importante (aunque en 2021 no se le permitió participar bajo su bandera nacional). Japón ocupó ahora el tercer lugar, pero le ayudó ser local. En 1968 México logró tres medallas de oro y nueve en total, para ocupar el 15º lugar, el mejor desempeño de la historia, pero en esta ocasión ocupamos solo el lugar 84 con cuatro bronces.

Los países victoriosos tienen usualmente poblaciones muy numerosas. También la riqueza es un factor, aunque Rusia y China tienen niveles de desarrollo medio. El deporte de alto rendimiento requiere dinero, mucho dinero. En Estados Unidos este viene de aportaciones privadas, becas de universidades y venta de derechos de televisión. Casi todos los países, sin embargo, dedican enormes cantidades de recursos públicos a sus atletas. En algunos, como China, Rusia y Cuba, los deportes olímpicos son una prioridad política. Los atletas son seleccionados desde niños e ingresan a programas de alto rendimiento con fuertes presupuestos.

Un país puede cambiar en unos cuantos años su desempeño olímpico. El ejemplo más notable es China, pero España logró también una transformación importante. Durante décadas tuvo desempeños similares o peores a los de México. En 1968 no consiguió una sola medalla. En 1987 creó el programa ADO (Asociación Deportes Olímpicos) con apoyo financiero gubernamental y privado que elevó su rendimiento. En los Olímpicos de Barcelona de 1992, en casa, consiguió 13 medallas de oro y 22 en total, para lograr el sexto lugar, el mejor de su historia. En Tokio se adjudicó tres oros y 17 medallas para el 22º lugar.

Cuando se ponderan las medallas por número de habitantes, sin embargo, los resultados son muy distintos. El mejor desempeño per cápita en Tokio lo tiene San Marino, con tres medallas (una de plata y dos de bronce) para sus 33,537 habitantes. En segundo quedó Bermuda, con una de oro para 70,864 habitantes, y en tercero Granada, con una de bronce para 111,724 habitantes. En quinto está Nueva Zelanda, ya un país mediano, con 20 medallas y una población de 4.5 millones. Otros países con buenos desempeños per cápita incluyen a Jamaica en sexto puesto, Países Bajos en noveno, Hungría en décimo, Australia en undécimo y Suiza en 16º. Cuba, en el 18º, es el primer lugar entre los latinoamericanos. Cuando se ponderan las medallas por población Estados Unidos queda relegado al lugar 60 y China al 77. México queda en el 88º.

Gastar dinero en deportistas de alto rendimiento genera orgullo nacional, pero no mejora la situación de la población en general. El enorme gasto de Cuba en sus atletas puede ser un agravio para un país con carencias enormes. China se enorgullece de sus triunfos olímpicos, pero estos no borran los abusos a los derechos humanos de su población. Entiendo que los países den dinero al deporte de alto rendimiento, pero sin castigar el bienestar del país.