Los indeseables

La prioridad en el trato periodístico que reclamaba la agenda del Congreso del Estado, sobre todo en lo relacionado con la llamada miscelánea fiscal, que englobaba nuevos cobros tributarios e incrementos en otros, obligó a dejar de lado el análisis sobre la entronización de,  Edgar Melhem Salinas, como el nuevo jerarca del PRI en Tamaulipas.

Hoy que los “osos” legislativos --- como el del siempre “si” al incremento del predial en Reynosa, Matamoros, Tampico y Tula--- ya son historia, vale la pena entrar al trato de la reunión del Consejo Político tricolor, realizada el pasado domingo, para encumbrar en la dirigencia estatal al riobravense.

De entrada, habrá que decir que la asamblea consejal fue muy concurrida, lo cual demuestra que, con todo y que está en la lona, el PRI mantiene una base estructural bastante interesante y atractiva.

Si, han sido muchos los priistas seducidos por el PAN y Morena, pero son bastantes más los que han soportado las tentaciones y han preferido seguirle apostando al tricolor. Eso definitivamente es una buena señal para quienes están convencidos de que el PRI no ha muerto.

Lamentablemente, entre esos priistas que han mostrado una lealtad inquebrantable, nosotros vemos a muchos que con su sola presencia le hacen daño al PRI, porque representan lo peor del partido y son en gran parte los responsables de que la sociedad tamaulipeca les haya dado la espalda.

Nombres como el de Manuel Cavazos Lerma, Ricardo Gamundi Rosas, Sergio Guajardo Maldonado, y una docena de personajes más, son iconos del PRI corrupto, del PRI del cuatachismo, del PRI que no quieren los tamaulipecos.

Bastaría subir a las redes sociales sus fotos, y preguntarle a los cibernautas su opinión, para medir el grado de repudio que tienen.

Bajo ese escenario, el nuevo dirigente del PRI tamaulipeco tendrá que ser muy selectivo a la hora de conformar su equipo de colaboradores. Tal vez no podrá echar del partido a los indeseables pero al menos tendrá que relegarlos. Evitar que lo acompañen en los actos públicos será una decisión inteligente.

Por lo demás, me convenció el discurso de Melhem al momento de su protesta. Se escuchó optimista y seguro de poder hacer el milagro de revivir al PRI tamaulipeco. Mucho de lo que dijo es lo que los priistas querían escuchar. Los contagió.

“Ya no se valen lamentaciones, ni extrañar a los que se fueron porque les vendieron espejitos en otra parte” fue una frase rescatable y que recibió aplausos de los asistentes. Seguramente el mensaje ruborizó en algún lugar a personajes como Erasmo González Robledo, Américo Villarreal Anaya, Olga Sosa Ruiz y Felipe Garza Narváez, y muchos más que hasta hace cuatro años, o menos,  juraban lealtad al PRI, y hoy ondean orgullosos la bandera de Morena y aprovechan cualquier oportunidad para posar al lado del presidente, Andrés Manuel López Obrador, igual que en su momento lo hicieron con Enrique Peña Nieto.

Superado entonces el proceso de elección de la nueva dirigencia priista en el Estado, Melhem tendrá que darse prisa en el reordenamiento interno del partido, y obligadamente tendrá que comenzar por sanear todas las áreas de dirección, para luego pasar a la recomposición de lo que queda de las dirigencias municipales.

Si hay una verdadera intención de competir en serio durante las elecciones a realizarse en el 2021 y en el 2022, tiene que darse prisa en componer el cochinero que le dejaron.

Por lo pronto, hay que reconocer que su mano ya es visible entre los tres diputados que el PRI tiene en la Sexagésima Cuarta Legislatura. Yalheel Abdala Carmona, Olga Garza Rodríguez y Florentino Sáenz Cobos,  (con todo y la chamaqueada que a éste le hicieron con el tema del pretendido cobro por la recolección de la basura) , han asumido en las últimas semanas un papel congruente con su calidad de opositores, lo cual llama bastante la atención porque en el inicio de la legislatura evidenciaron una sospechosa cercanía con la bancada mayoritaria del PAN.

ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com