La UAT: inteligencia con propósito

1.- En un país donde muchas universidades se conforman con sobrevivir, la Universidad Autónoma de Tamaulipas decidió avanzar.
Y lo está haciendo con una visión clara: que la educación no solo forme profesionistas, sino que transforme comunidades.

Bajo el liderazgo del rector Dámaso Anaya Alvarado, la UAT está dejando de ser una institución que solo enseña para convertirse en un actor activo del desarrollo regional.

No es un lema institucional; es una realidad medible en infraestructura, inclusión, innovación y vinculación social.

2.- En la Facultad de Enfermería Victoria, que celebró su 69 aniversario, la universidad demostró que su compromiso con la vida y la salud no es simbólico.

El rector inauguró el XXVI Congreso Internacional de Enfermería, que reunió a ponentes de España, Estados Unidos, Colombia y México para reflexionar sobre el papel humano de la enfermería frente a la tecnología.

Ahí mismo entregó nuevas instalaciones: una techumbre monumental, cancha techada y una unidad de transporte. Pero más allá de la obra física, lo que se fortaleció fue el mensaje: en la UAT, el conocimiento no se separa del servicio.

Formar enfermeras y enfermeros implica algo más que transmitir técnica: es enseñar empatía en tiempos de automatización.
Y esa ha sido la constante del rector: recordar que la tecnología debe servir a la vida, no reemplazarla.

3.- En el ámbito digital, la UAT también marca diferencia.

Durante la Séptima Semana de Ciberseguridad, la universidad volvió a colocarse a la vanguardia con una mirada que trasciende lo técnico: proteger los datos es proteger la dignidad.

Mientras otros presumen “inteligencia artificial” sin entenderla, en la UAT se enseña a pensar con ética.
El rector lo resumió mejor que nadie: “La tecnología debe servir a la vida”.

La casa de estudios no se limita a instalar software o redes: promueve una cultura de ciberseguridad y responsabilidad digital, en colaboración con Microsoft, Huawei y la ANUIES.

Y eso importa en un mundo donde la próxima frontera educativa no será el acceso a internet, sino el sentido ético de usarlo.

4.- Pero no todo ocurre en el aula.

La 14ª Reunión del Colegio de Directores celebrada en Tampico confirmó que la universidad también crece desde adentro.

Ahí se presentaron los avances del sistema de calidad ISO 9000 —vigente desde hace dos décadas— y la estrategia “Correcaminos para la Paz”, que busca consolidar espacios libres de violencia y promover la justicia restaurativa.

En tiempos donde la educación pública enfrenta presiones políticas, presupuestales y sociales, la UAT mantiene algo que se ha vuelto escaso: rumbo institucional.

La planeación, la transparencia y la eficiencia se han convertido en pilares reales de gestión, no en adornos discursivos.

5.- Lo que distingue hoy a la Universidad Autónoma de Tamaulipas es su capacidad de vincular la educación con el bienestar social.
Desde la salud hasta la ciberseguridad, desde la administración hasta la paz, la universidad está construyendo una red que conecta conocimiento con impacto.

El rector Dámaso Anaya lo entiende: la universidad del futuro no será la que acumule más títulos, sino la que resuelva más problemas.
Y en Tamaulipas, esa universidad ya es una realidad: UAT.