Francisco y los gays

"Que no se metan en lo que no les importa".

Papa Francisco
 
 
El Papa Francisco ha reiterado su llamado a la sociedad a aceptar a los homosexuales. En la grabación de un documental declaró su apoyo a las "uniones civiles" para personas del mismo sexo: "Lo que tenemos que crear es una ley de unión civil. De esa manera, están legalmente cubiertas".

El pontífice reiteró su posición de que los homosexuales son hijos de Dios, como todos los demás seres humanos. Ya en 2013 había sorprendido a muchos, principalmente a los católicos tradicionalistas, al declarar: "Si una persona es gay, y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?".

La posición del Papa ha sido cuestionada a ambos lados del espectro ideológico. Los moralistas católicos afirman que Dios considera las relaciones homosexuales como un pecado, por lo que ni el mismo Papa puede volverlas permisibles. Del otro lado, los activistas del movimiento LGBT rechazan la idea de que la comunidad gay deba conformarse con una unión que no sea un verdadero matrimonio.

El argumento de los tradicionalistas se basa en varios pasajes del Antiguo Testamento, un texto hebreo con una antigüedad de más de 2 mil años. El Levítico, efectivamente, señala: "No te acostarás con un hombre como si te acostaras con una mujer" (18:22). El castigo por esta falta sería la muerte: "Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte, pues cometieron un acto infame" (20:13).

Los Evangelios no reportan que Jesús haya hecho algún comentario, ni positivo ni negativo, acerca de la homosexualidad, pero Pablo de Tarso toma posiciones en sus epístolas que cuestionan lo que llama "pasiones vergonzosas".

Advierte: "Incluso sus mujeres han cambiado las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza y, de la misma manera, los hombres dejado sus relaciones naturales con la mujer, y arden en malos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen actos vergonzosos y sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión" (Romanos 1:26-27).

No hay por supuesto ninguna indicación de que los amores homosexuales sean "contrarios a la naturaleza". Estas relaciones son muy comunes en el reino animal, mientras que en el género humano están documentadas desde hace milenios.

La homosexualidad era aceptada en la antigua Grecia, incluso ensalzada, como una forma de amor que implicaba muchas veces una relación de aprendizaje entre un joven y su mentor. El amor entre Aquiles y Patroclo impulsa la trama de la "Ilíada", una de las primeras obras literarias de la historia. El batallón sagrado de Tebas estaba formado por soldados y sus jóvenes amantes. Safo, la poeta de Lesbos, escribió sobre los amores entre mujeres. El amor de Sócrates a sus discípulos no era simplemente espiritual.

El Papa Francisco está cuestionando una tradición moralista del catolicismo que viene directamente de san Pablo; es valiente y hay que reconocerlo. Pero en un Estado laico, no hay razón para no reconocer a todos los mismos derechos. El matrimonio igualitario es un derecho, si todos tenemos la misma protección de las leyes.

Los católicos pueden tomar sus decisiones personales. El Estado mexicano, sin embargo, debe legalizar el matrimonio sin discriminación de género. Las uniones civiles no son suficientes.