¿Filántropo?

¿Cómo creerle a López Obrador si él le cree a Ricardo Salinas Pliego?

Claro, al Presidente de la República le conviene creerle más al dueño de TV Azteca que, por ejemplo, a Carmen García Bermejo, Premio Nacional de Periodismo 2016, reportera con más de 27 años de trayectoria y una de las mejores periodistas culturales del País.

Me pregunto si AMLO leyó el espléndido reportaje que escribió García Bermejo, titulado: "La Falsa Filantropía de Salinas Pliego", respaldado por Quinto Elemento Lab.

"Este trabajo expone cómo la fundación de TV Azteca ha recibido desde 2009 recursos del erario que ascienden, al menos, a mil 689 millones de pesos para financiar la creación y el mantenimiento de orquestas infantiles en varias partes del mundo", escribe la periodista Perla Blas en la revista Zócalo.

¿Cómo le puede creer López Obrador al tercer hombre más rico de México, si las orquestas de TV Azteca han recibido tantos recursos públicos?

Lo llamativo de este caso tan turbio es que el tabasqueño tampoco le cree al SAT. "La Fundación TV Azteca también entrega reportes anuales al SAT. Teóricamente esos reportes deberían mostrar cuánto dinero ha entregado el Grupo Salinas a la asociación civil que opera las orquestas de la televisora, pero en ellos no existe nada al respecto. Cero pesos de la Fundación TV Azteca para las orquestas".

En otras palabras, el 85 por ciento de los recursos con los que el empresario operaba las 83 orquestas eran aportados por el Estado mexicano, así como por los Estados.

García Bermejo nos cuenta en su reportaje, el cual le llevó ocho meses de investigación, que todo empezó en noviembre de 2008, cuando Esteban Moctezuma, presidente de la Fundación Azteca, y Salinas Pliego se enteraron de un muy exitoso sistema público musical venezolano, el cual "acerca la cultura a jóvenes de escasos recursos y los aleja de la criminalidad y las drogas".

La iniciativa venezolana que inspiró el programa de las Orquestas Esperanza Azteca le vino como anillo al dedo a Salinas Pliego. He allí una maravillosa fórmula con tintes filantrópicos para reivindicar su imagen y de paso hacer uso político en su beneficio, ya que, como bien dice la Wikipedia, "ha estado involucrado en diversos escándalos políticos y financieros".

Por su parte, Eréndira Sandoval Ballesteros, especialista en el estudio de las asociaciones público-privadas y actual Secretaria de la Función Pública, señaló: "El empresario Ricardo Salinas Pliego aprovecha la filantropía como una estrategia para limpiar su imagen corporativa".

Por ello nos volvemos a preguntar, ¿por qué diablos le cree el Presidente a ese señor a quien nadie le cree y está sumamente desprestigiado? Como decía doña Lola, con la edad se te va poniendo la cara del oficio. Basta con advertir la perenne sonrisita del millonario para entenderlo todo.

Bien dice Jorge Álvarez Máynez, ex Diputado federal y ex integrante de la Comisión de Cultura: "Ricardo Salinas Pliego ha dicho en el extranjero que su sistema de orquestas es el mejor de sus programas filantrópicos. Pero aquí hay una filantropía a la inversa: el Gobierno subsidia al empresario. Es la antifilantropía".

Hace unas semanas, López Obrador prometió investigar a Salinas Pliego por un adeudo de 14 mil millones de pesos a Hacienda. Me temo que ya se le olvidó al Mandatario su promesa porque justo ayer me enteré, gracias a la entrevista que le hiciera Carmen Aristegui a Carmen García Bermejo, que ahora las 83 orquestas pasaron a la SEP.

"La maniobra fue dirigida por Estaban Moctezuma Barragán, actual Secretario de Educación Pública, quien durante 16 años trabajó como presidente ejecutivo de la Fundación Azteca de Salinas Pliego. Desde noviembre pasado, las Orquestas Azteca se llaman Orquestas Nueva Escuela Mexicana (ONEM) adscritas a la SEP, y sus principales directivos ya han brincado de esa fundación privada a la dependencia púbica".

Será la SEP quien pagará los sueldos. Entre maestros, directores de orquesta, coordinadores estatales y personal administrativo en 30 Estados del País, estaban involucradas más de mil personas.

No, Ricardo Salinas Pliego, cuya fortuna está valuada en más de 11 mil millones de dólares, no es un empresario filantrópico, es un empresario que vendió su alma al diablo con tal de salir en la lista de millonarios de Forbes y estar cerca del poder, no importa quién sea el Presidente, que en este caso es nada menos que López Obrador, quien ha prometido luchar contra la corrupción, la deshonestidad, el conflicto de intereses y el tráfico de influencias. ¡¡¡Ja, ja, ja!!!