Errores en energía

"No aceptar un error es un error más grande".

Robert Half
 
 
PARÍS.- En buena parte de Europa se vive hoy una crisis por los altos precios de los combustibles. Hay factores supuestamente de coyuntura, como la invasión de Rusia a Ucrania, y otros de largo plazo, como el calentamiento global, pero los errores de los Gobiernos europeos han hecho inevitable esta crisis.

El ejemplo más notable ha sido la decisión de Alemania de cerrar sus plantas nucleares de electricidad. Originalmente se tomó en 1998, en el Gobierno del socialdemócrata Gerhard Schroeder, quien fue presionado por el Partido Verde. La entonces dirigente de la oposición democristiana, Angela Merkel, describió la medida como "una destrucción de propiedad nacional" y dijo que la revertiría en caso de llegar al poder.

En junio de 2011, sin embargo, después del accidente de la planta nuclear de Fukushima en Japón, y nuevamente bajo la presión del Partido Verde, la propia Merkel, ya como canciller, decidió cerrar ocho plantas nucleares en los siguientes años y las restantes de manera gradual hasta 2022.

Esta decisión se contrapone a otra del mismo Gobierno alemán de reducir sus emisiones de carbono para moderar el calentamiento global. La electricidad nuclear, que en 2000 representaba el 29.5 por ciento de la generación de Alemania (cleanenergywire.org), no emite contaminantes a la atmósfera.

Si bien Alemania ha hecho un esfuerzo enorme por reemplazar estas plantas con energías renovables, una parte importante ha sido sustituida por carbón, uno de los combustibles más contaminantes.

En 2021 las nucleoeléctricas representaban todavía más de 13 por ciento de la electricidad alemana, según el Fraunhofer Institute, pero al terminar el año fueron cerradas tres de las seis plantas nucleares que quedaban.

El resto deben ser clausuradas a fines de 2022. La consecuencia es que Alemania es más dependiente que nunca del gas ruso que Moscú amenaza con cortar. Francia, en cambio, ha sido más inteligente. No sólo mantiene sus centrales nucleares, sino que ha anunciado ya la construcción de varias nuevas. Actualmente el 70 por ciento de la electricidad francesa es nuclear.

El petróleo y sus derivados tienen problemas similares. En todo el continente se han disparado los precios de las gasolinas y el diesel. Las sanciones a Rusia y las respuestas de Moscú son la razón principal, pero la situación también es producto de la negativa de los Gobiernos europeos a permitir la extracción de hidrocarburos por fractura hidráulica.

¿Tiene el fracking riesgos ambientales? Sin duda. Todas las técnicas de extracción los tienen, pero las operaciones de fractura han generado menos problemas ambientales que, por ejemplo, las grandes plataformas en el mar.

Hay que añadir que, en el afán de reducir las emisiones de carbono a la atmósfera, los Gobiernos europeos han hecho virtualmente imposible para las petroleras realizar cualquier nueva prospección y desarrollo en territorio europeo. Esta decisión también ha vuelto al continente más dependiente del gas y el crudo de Rusia.