Destrucción

Conacyt anunció que cancelará el estímulo económico mensual que su Sistema Nacional de Investigadores (SNI) otorga a los investigadores de las universidades e institutos privados pertenecientes al programa gracias a sus logros en el campo científico y tecnológico.

La decisión afectará a la investigación en el País, perjudicando a cientos de investigadores y decenas de proyectos y programas.

Entre las instituciones afectadas están el ITAM, la Universidad Iberoamericana, el ITESO y el Tecnológico de Monterrey y su sistema multicampus, con 584 miembros del SNI y líneas de investigación en áreas como salud, biotecnología, mecatrónica, agua, medio ambiente y sistemas inteligentes, entre otros.

El Tec es un ejemplo de cómo la adecuada combinación y armonización de los estímulos oficiales del SNI y la estrategia institucional de reducir la carga docente de los investigadores e incentivar la búsqueda de recursos externos impulsa con éxito la investigación.

El compromiso con ésta recibió un importante avance con el programa de cátedras de investigación que creó en 2002 el Rector del Campus Monterrey, Alberto Bustani, y se irradió al Sistema.

Este paso hizo que bajo otras formas organizativas el número de académicos en el SNI creciera de 60 a 500 entre 2002 y 2019, y que se abrieran nuevos posgrados y varios centros de investigación.

Hoy por hoy, el Tec de Monterrey y la UANL son ejemplo de instituciones privadas y públicas que colaboran entre sí y destacan por sus aportes en la investigación en el norte y otras partes del País.

Para el primero, la decisión de Conacyt pone en riesgo años de trabajo, recursos y alianzas nacionales e internacionales.

La medida también repercutirá negativamente en la formación de capital humano en las instituciones privadas, pues la investigación está estrechamente vinculada a los programas de maestría y doctorado.

Los docentes del SNI integran los claustros profesorales de los posgrados, varios de los cuales, por su excelencia educativa, están registrados en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Conacyt, lo que supone evaluaciones rigurosas y recursos para becar a los estudiantes.

También los investigadores del SNI están sujetos a estrictas evaluaciones periódicas que consideran el número de publicaciones en revistas indizadas, la creación de nuevas áreas de investigación, el registro de patentes o el número de alumnos graduados en posgrado.

Pertenecer al SNI es una especie de certificación que facilita gestionar a nivel nacional e internacional proyectos y patrocinios financieros.

Desde su creación en 1984 el objetivo del SNI ha sido incentivar la investigación en el País sin distinguir entre investigadores de instituciones públicas y privadas. Todos integran la comunidad científica del País y su labor contribuye al desarrollo nacional.

Así lo consigna la actual página web del SNI (que se puede ver en elnorte.com/sni) en donde se indica que el programa se dirige a los investigadores y tecnólogos que realizan "actividades de investigación científica y tecnológica en alguna de las dependencias, entidades, instituciones de educación superior o centros de investigación de los sectores público, privado o social de México".

Conacyt ha comunicado este mes a universidades e instituciones privadas que no renovará los convenios suscritos con ellas desde 2014 y permiten a sus investigadores ser beneficiarios del estímulo monetario mensual del SNI.

El argumento oficial es la falta de recursos, la premisa falsa es que las instituciones privadas tienen recursos suficientes para apoyar la investigación y a sus investigadores.

La decisión también proyecta un visión que lastima a la comunidad científica al dividirla en dos esferas artificialmente contrapuestas, discriminar a los investigadores de las instituciones privadas y vulnerar sus derechos.

El Poder Legislativo debe revertir esta lamentable medida que amenaza con destruir recursos que ha costado mucho edificar y en la que el gran perdedor será México y su desarrollo social.