7,226 millones

Desde que el populismo se hizo gobierno en México, arreciaron las críticas al financiamiento público que reciben los partidos políticos.

LÓPEZ OBRADOR desde las mañaneras de Palacio Nacional, encabezó los señalamientos, tundiendo duro y tupido al monto del dinero público recibido por los partidos del Estado Mexicano.

MORENA y sus aliados en el Congreso de la Unión, sobre todo en la Cámara de Diputados, cerraron la pinza presentando diversas iniciativas para reducir el caudal de recursos que reciben los partidos cada año.

MARIO DELGADO CARRILLO, presidente de la JUCOPO, acompañado por TATIANA CLOUTHIER CARRILLO, suscribieron una iniciativa de reforma al artículo 41 de la Carta Magna, publicada el 07/03/2019, proponiendo reducir a la mitad el monto del financiamiento público.

Por tratarse de una reforma constitucional, el dictamen fue rechazado por no alcanzar la mayoría calificada, dividiendo además a la coalición dominante en la Cámara de Diputados.

ERASMO GONZÁLEZ ROBLEDO, OLGA SOSA RUÍZ y 271 legisladoras y legisladores de MORENA y el PES, la aprobaron junto con un solitario voto del PT que se sumó a la mayoría.

ARMANDO ZERTUCHE ZUANI y el resto de la bancada petista, votaron en contra de la reducción del financiamiento público.

VICENTE VERÁSTEGUI OSTOS, ALBERTO RAMOS TAMEZ, MARIANA RODRÍGUEZ MIER Y TERÁN y demás diputados y diputadas del PAN, MC y PRI, votaron en contra, durante la sesión guadalupana del 12/12/2019.

Incluso la bancada del PES suscribió una iniciativa, solicitando la eliminación del financiamiento público y establecer que los partidos reciban solamente dinero privado para sostener sus actividades.

HÉCTOR VILLEGAS GONZÁLEZ, ADRIANA LOZANO RODRÍGUEZ, OLGA SOSA RUÍZ y demás integrantes de la bancada del PES, presentaron esta iniciativa el 19/09/2018, retirándola el 28/02/2019.

Debo decir una cosa: sin el financiamiento público recibido por el PRD y MORENA, difícilmente LÓPEZ OBRADOR hubiese gobernado el DF. 

Tampoco hubiese sido un buen dirigente opositor, candidato tres veces y ganador de la elección presidencial.

Por una sencilla razón: la política se hace con dinero.

Hagamos las cuentas de lo que recibió en sus diferentes facetas.

DIRIGENTE DEL PRD: Presidió al perredismo nacional entre 1996 y 1999, recibiendo un monto de 937’058,969 millones de pesos.

DIRIGENTE DE MORENA: Fundó y presidió a Movimiento de Regeneración Nacional, de 2015 al 2017, recibiendo 912’151,947 millones de pesos.

CANDIDATO PRESIDENCIAL: Durante las campañas presidenciales en que fue candidato (2006, 2012 y 2018) el partido que lo postuló recibió recursos públicos por 2,067’420,636 millones de pesos.

Sumando en total 3,916’631,552 millones de pesos.

Sin este financiamiento difícilmente hubiera llegado a Palacio Nacional

Viene a cuento lo anterior por dos motivos.

Uno: el Consejo General del INE aprobó el 07/08/2020, el monto a distribuir por concepto de financiamiento público en el 2021.

Aplicando la fórmula establecida en el artículo 41 de la Carta Magna, será por la cantidad de 7,226 millones de pesos.

5,250 millones para sostener sus actividades ordinarias.

1,575 millones de pesos para los gastos de campañas de los partidos.

31.5 millones para las campañas de los candidatos independientes.

157.5 millones para las actividades específicas de los partidos.

210 millones para franquicias postales.

693 mil pesos para franquicias telegráficas.

Financiamiento público que será distribuido, hasta conocer el número total de partidos políticos y las candidaturas independientes que competirán en 2021.

Dos: Apenas el Consejo General del INE aprobó la distribución de recursos públicos para los partidos políticos, MORENA en el Senado reaccionó.

MARTÍ BATRES GUADARRAMA, presentó una iniciativa de reforma para disminuir un 50% el monto del financiamiento para los partidos, modificando la fórmula contenida en el artículo 41 de la Carta Magna.

Precepto constitucional que señala en su segunda fracción lo siguiente.

Los recursos públicos deben prevalecer sobre los de origen privado.

De lo contrario los partidos, sus candidatos y las campañas, quedarían a merced de intereses económicos particulares, lícitos e ilícitos.

Afectando seriamente la calidad de nuestra democracia.

Sin esta contención del dinero privado, AMLO no llegó a la presidencia en 2006, tampoco en 2012 y menos hubiera llegado en 2018.

Pero no es lo mismo ser oposición que estar en el poder.