Produjo 58 generaciones de abogados: Celso Pérez deja la cátedra

Doctor en Derecho, Notario Público, Pérez Amaro cierra ciclo de 37 años en la academia. Aconseja a litigantes ser honestos, tener ética, defender los derechos. México tiene esperanza de recomponer su estado de Derecho, asegura. Matamorense de nacimiento, victorense por adopción, el jurista habla con Periódico 5inco.
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- La palabra  "justicia" en el País empezó a desvirtuarse  hace veinte años. Valores como la honestidad y la ética se han olvidado, la única esperanza que tenemos de recuperar el Estado de Derecho son gobiernos con buenas intenciones que enfoquen su poder y voluntad en beneficio del pueblo.



La mirada del Doctor en Derecho Celso Pérez Olivares se humedece al recordar los años en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT-Victoria,  donde hasta ayer lunes, impartió la materia de Derecho Romano. La despedida con sus alumnos, las palabras de admiración y de agradecimiento se han quedado grabadas, aún no se repone del momento.



"Ver a mis ex alumnos esperando afuera del aula para decirme que sabían que era mi última clase fue una bonita sorpresa. Llegué en Enero de 1978, son 37 años de dar la clase de Derecho Romano, además de otras materias. Son 58 generaciones a las que atendí, donde no tengo queja de mis alumnos, siempre me respetaron, me retiro con una gran satisfacción".



Una trayectoria brillante, una vocación auténtica han acompañado al también Notario Público Celso Pérez Olivares, que originario del ejido La Gloria de Matamoros se empeñó en estudiar la Carrera de Derecho en Tampico para establecerse más tarde en Ciudad Victoria donde por su talento y esfuerzo pronto se forja un nombre.



"Todo viene de arriba, he sido muy afortunado porque nunca toqué puertas para buscar trabajo. Los trabajos me buscaban a mí. En mi tercer año de la carrera en Tampico, un amigo y yo pusimos un despacho, desde ahí no dejé de trabajar".



Pionero de la primera secundaria General en el País fundada en el ejido Revolución de Matamoros, el Notario señala que viajó al Puerto de Tampico para inscribirse en la Escuela Libre de Derecho, hospedándose en un hotel con el dinero que su padre de oficio ejidatario, le había dado.



"Eran 250 pesos que mi papá había obtenido de la cosecha, pero como ya dije que siempre me iba bien, un compañero que conocí en la carrera me pidió le explicara una clase que no entendía, y pronto estaba yo hospedado en su casa, era hijo de un General que vivía en el Centro de Tampico y era de clase acomodada".



Sin duda la inteligencia del abogado fue lo que abría las puertas de par en par, porque trabajaba como juez de primera instancia en San Carlos y venía a Victoria en busca de establecer su despacho,  cuando fue invitado para trabajar en  el departamento jurídico de Secretaría General de Gobierno, en los tiempos del Gobernador Emilio Martínez Manautou.



"Quien me invita es el abogado Roberto Perales Meléndez, porque sabía que yo venía a Victoria todas las tardes, y gracias a él, abro esta Notaría".



Cuando se le pregunta si estudiar la Carrera de Derecho aún es redituable explica:



"A mis alumnos yo siempre les decía que sí, porque siempre la sociedad va a necesitar un abogado, más ahora con tantos problemas que existen, pero todo depende del esfuerzo y de la constancia, de hacer bien el trabajo para que te conozcan y te recomienden".



Si eran mejores los abogados de antes a los de ahora el Notario responde:



"No se puede negar que se han perdido valores que deben tener los que se dedican a esta profesión, tales como la ética y la honestidad, la figura del abogado ha ido decreciendo ante la sociedad, es más peligroso el ejercicio de la profesión; todas las profesiones se han llenado de peligros no sólo ésta",



La esperanza para recuperar el estado de Derecho radica en los hombres que operan el sistema de justicia, no en cambiar el sistema:



"La esperanza que tiene la sociedad de recuperar el sentido de justicia está en los operadores, porque por ejemplo los juicios orales no ayudarán gran cosa, porque el sistema que teníamos antes era el correcto. Lo que estaba y ha estado mal son las personas que administran la justicia, necesitamos personas honestas, no es legalizando las drogas como se resuelve un problema, sino aplicando las leyes ya existentes".



Celso Pérez Olivares recuerda que Editorial Trillas produjo el libro que junto a su hijo Celso Pérez Amaro, escribió, "Manual para el Estudio del Derecho Romano", obra que considera uno de sus legados a las nuevas generaciones.



El Doctor en Derecho se despide de sus alumnos con la siguiente cátedra:



"Sigo pensando que la carrera de abogado es una profesión muy importante para la sociedad porque tiene que ver con el derecho de los seres humanos. Es una carrera muy sufrida, de sacrificio, de mucha ética profesional, de gran dedicación, de honorabilidad y vital para los cambios que requieren. Les deseo a los jóvenes que se preparan para la profesión, que un día sus ojos puedan ver un mejor País".