A Andrés no le funcionan los riñones

Junto a su esposa Jorgelina, se ve obligado a pedir limosna para los pasajes a la Ciudad de México, donde lo atienden
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- ¿Qué harías tú, si la enfermedad tocara a tu puerta?



¿Qué harías si lo perdieras todo porque tus riñones no funcionan más y necesitas un trasplante?



Seguramente harías lo que hicieron Andrés Taurino y su esposa Jorgelina: pedir limosna en la calle para probar alimentos y juntar el dinero de los pasajes a la Ciudad de México, para recibir atención médica.



Las horas que pasa Andrés sentado sobre la caja de madera, son un martirio. No puede evitar un rictus de dolor. En medio del calor, reunir unas monedas para comprar líquidos es lo más importante.



Andrés de 54 años dice que hace dos años le detectaron la insuficiencia en uno de los riñones, cuando trabajaba en el oficio de albañilería, probable causa de su enfermedad por el ejercicio que se hace en este tipo de trabajo.



"Nosotros venimos de Ciudad Mante, lo perdimos todo con la enfermedad. Afortunadamente aún tengo a mi esposa que no me deja solo y va conmigo a todos lados, a pesar que no tengo casa, nos prestan una casa donde vivimos".



Andrés siente mucha pena al estar en la calle pidiendo las monedas, pero no le queda otra opción más decente:



"No voy a mentir, me atienden en el hospital La Raza de la Ciudad de México. No me cobran nada por los estudios que me realizaron, y en esta próxima visita me van a incluir en una lista de espera para trasplante, porque mis dos riñones ya no funcionan".



No se quiere quejar, porque asegura que en su vida y la de su esposa Jorgelina hay gente muy buena que los apoya:



“Ahora que vayamos a México ya tenemos donde llegar, para que mi esposa se bañe, se cambie de ropa, mientras a mí me hacen lo estudios. Yo no puedo quejarme porque Dios siempre nos ayuda”, dice Andrés Taurino.



Él y su esposa estarán un par de días más en Ciudad Victoria. Si los ve, regáleles una moneda para sus alimentos y pasajes.



Ellos estaban el día de ayer en la calle 7, entre Juárez e Hidalgo, muy cerca de los puestos ambulantes de comida.



"Sólo tenemos un hijo que nos apoya, pero está en Estados Unidos. Son momentos muy penosos para mí, que no quisiera estar pasando. No necesitamos mucho y en dos días más nos iremos a casa", dijo Andrés.