Influyentismo fétido

Olores fétidos, de inodoro, invaden al menos dos veces cada mes los hogares de decenas de familias en los alrededores de una tienda de autoservicio en el fraccionamiento Zozaya de Ciudad Victoria, sometiéndolos a una especie de tormento que se prolonga durante varias horas.
Son decenas de personas las que padecen el sufrimiento a que los somete la tienda Soriana Tamatán, situada a un costado de la populosa calzada “Luis Caballero”, y cuya propiedad la vox populi atribuye al ex gobernador Eugenio Hernández Flores.
La pestilente contaminación, la genera la tienda cuando procede a realizar maniobras para extraer del cárcamo los desechos de comida, carne, frutas, verduras, y hasta del excremento de sus empleados y clientes.
Como el camión cisterna que usan para succionar los desperdicios y aguas negras, es viejo y dañado, los olores se filtran inevitablemente, hasta los hogares. Como consecuencia, algunas personas han comenzado a presentar afectaciones en su piel.
El tormento lleva años ocurriendo pero a pesar de las denuncias recurrentes de los vecinos afectados, las instancias de Gobierno como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, (Profepa), “se lavan las manos”.
La Profepa se justifica con el argumento de que no es un problema de su competencia legal.
“Lo que tienen que hacer es acudir ante el Gobierno del Estado, concretamente ante la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, (Seduma). Ahí deben resolverles el problema”, recomendó a los afectados un funcionario de la instancia federal.
Los vecinos sospechan, sin embargo, que en realidad la inacción de la Profepa se debe a que el delegado, Aureliano Salinas, es cuñado del presunto propietario de la tienda.
El Ayuntamiento victorense también ha hecho sospechoso mutis frente a la denuncia formal que presentaron los vecinos desde julio del 2016. No hubo ni siquiera una visita de inspección o una entrevista a los quejosos. Es obvia la protección oficial hacia el establecimiento.
Los vecinos ya entendieron que el camino de la ley no es el indicado para protegerse. No, mientras personajes tan influyentes estén de por medio. La protesta pública es la única alternativa.
Frente a historias como esas, uno se pregunta: ¿tan cortos son de inteligencia, en la Profepa y el Ayuntamiento, para resolver un asunto que no requiere más que un diálogo con los responsables de la tienda?
Esperemos que el conflicto no les explote en las manos y los deje en una evidencia mayor.

EL RESTO

Hace algunos años, no muchos, un grupito de “Juniors” victorenses decidió concluir su parranda degustando un delicioso menudo en un restaurante del Ocho Bravo, en la zona centro de la Capital del Estado.
Todo iba bien hasta que uno de ellos inició una discusión con otro cliente y aquello derivó en una riña tumultuaria que concluyó con varios golpeados.
La historia cobra importancia porque, ese “junior” belicoso hoy se perfila como prospecto a la candidatura del PRI para alcalde de Victoria. El tema merece desmenuzarse a detalle por lo que le contaré de ello en la próxima ocasión.

ASÍ ANDAN LAS COSAS
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