“Quiero ser doctor para ayudar a los demás”

A Joshua Iván hace dos años lo corrieron de la escuela por no tener zapatos; hoy recibió la Bandera que portó durante un año
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Reynosa, Tamaulipas.- Joshua Iván recibió de manera oficial la Bandera que portara durante un año, en la escuela Primaria Emiliano Zapata, de la colonia Rancho Grande.

Se dijo sentir muy orgulloso de haber alcanzado una de las metas que se había propuesto junto a su madre y abuela: demostrar que era un buen estudiante.

Al platicar con el jovencito de 11 años de edad,  comentó que lo que más le gustaría ser de grande es Doctor, porque así podría ayudar a curar a las personas enfermas que no tuvieran para pagar.

Yo de grande quiero ser doctor, eso es lo que más me gustaría, quiero ayudar a quien no pueda pagar, hay mucha gente así.
Joshua con su maestra
Joshua con su maestra
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Acompañado en la entrevista a donde acudieron diferentes medios de comunicación al recordar su caso, el menor miraba de reojo a su madre y abuela que desde la distancia le echaban porras, incluso su mamá llevaba puesta una playera donde se decía orgullosa del logro.

Por su parte, la maestra del alumno pidió a sus homólogos que dan clases, que jamás discriminen a una persona por su condición humilde, menos si es un menor, ya que dijo a muchos les afecta de gran medida y de por vida, pero afortunadamente no fue el caso de Joshua Iván.

“Hasta hace poco tiempo yo me acabo de enterar por lo que el niño había pasado y todo por un simple par de zapatos, no se vale”.

“Y yo le digo a mis compañeros maestros que no se debe de discriminar a nadie no sabemos cómo lo vamos a marcar de por vida, afortunadamente no fue el caso y yo a él le digo que olvide esa situación y miré siempre para adelante”.

Al final la maestra expresó que el menor, es un muy buen estudiante y antes de recibir sus reconocimientos le deseo éxito en todo lo que se proponga.

En el mes de abril, de hace dos años, un niño de tercer grado de primaria de  la escuela ubicada en el fraccionamiento Caracoles, sufrió una enorme pena y vergüenza.

Lo anterior, debido a que sus maestros lo regresaron junto a su abuelita, que es su tutora, por no llevar los zapatos negros escolares. 

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En ese momento no contaba con un par, sólo el de tenis que tenía puestos.

Su señora madre, que tiene dos trabajos, uno en un súper y el otro como instructora de zumba, con lágrimas en los ojos por aquella penosa situación, comentaba a los periodistas que los habían buscado, que le daba mucho coraje e impotencia. 

Cómo tanto su hijo como su abuelita se regresaron caminando a su casa llorando durante todo el recorrido por el bochornoso acto, ya que frente de los demás padres los corrieron de la escuela.