¿Dónde quedó la PGR?

Medio centenar de vehículos, muchos de ellos convertidos en chatarra, rodean al inmueble que alberga a la Procuraduría General de la República (PGR), en Ciudad Victoria. Son unidades decomisadas por haber sido utilizadas en algún delito.



Al cruzar la puerta de la antesala hay tres sillas sucias y rotas que, en teoría, deberían de servir para hacer menos cansada la espera de los justiciables que acuden a hacer algún trámite. Pocos las utilizan.



Un guardia privado custodia la entrada hacia la zona de oficinas. Con semblante adusto y voz autoritaria interroga a detalle a quienes piden hablar con alguno de los funcionarios. Pareciera que tiene facultades discrecionales para decidir si la audiencia se concede o no.



Ya dentro, los agentes del Ministerio Público se confunden con policías, oficinistas y hasta trabajadores de intendencia. No se sabe quiénes son unos y otros.



El despacho de la encargada de la PGR en la zona es custodiado por una secretaria y dos escoltas que miran con desprecio a cualquier visitante.



Ese es el rostro de la instancia persecutora de los delitos en el fuero federal. Es un rostro que da pena, que infunde todo, menos confianza.



¿Dónde quedó aquella PGR que era orgullo del Gobierno federal?, ¿Dónde está aquella Procuraduría que, un día sí y otro también, hacía decomisos de droga espectaculares? ¿Y su policía?



De aquella instancia que infundía respeto, lo único que queda es un ente burocrático, dedicado a todo menos a combatir la delincuencia del orden federal.



Su labor se ha centrado y concentrado en iniciar procesos a quienes son detenidos por el Ejército, la Marina y las corporaciones estatales. Pero detenidos propios no tiene. Y no los tiene porque no investiga, no combate a la delincuencia.



¿Qué ha sucedido para que se dé este abandono? Le pregunto a uno de los agentes del Ministerio Publico. “Ni nosotros sabemos. Allá en México no les interesa mucho presentar resultados”, dice.



De los sueldos de policías y fiscales ni hablar. Desde hace mucho tiempo quedaron rebasados por sus homólogos estatales, e incluso municipales.



“Me pagan 24 mil pesos mensuales. No me alcanza para mucho porque yo soy de fuera y tengo doble gasto”, explica uno de los agentes del Ministerio Público, que refleja en su indumentaria su precariedad salarial.

¿Cómo le hacen para subsistir? Lo cuestiono, y sólo responde con una sonrisa.



EL RESTO



Lo dicho: el Partido Acción Nacional (PAN) tomó la delantera en la disputa de votos para la elección del 2018, cuando los tamaulipecos saldremos a las urnas a elegir un nuevo Presidente de la República, legisladores federales y alcaldes.



Es un secreto a voces la negociación que los jerarcas panistas hacen con algunos partidos de los llamados "chiquitos" como Encuentro Social, para que trabajen bajo una coalición, formal o informal, en que la meta deberá ser cerrarle el paso al PRI.



El bloque antipri lo integrarían también el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y hasta el Partido Nueva Alianza, (PANAL).



ASÍ ANDAN LAS COSAS



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