Los “negros” del General

A las 09 horas de este miércoles reciente, todo el personal que labora en el Complejo Estatal de Seguridad Pública fue concentrado frente al edificio principal.



“Van a conocer al nuevo Secretario de Seguridad Pública”, se les había dicho.

Y efectivamente así fue. El General Jesús Martínez y Martínez llegó puntual a la cita.



A modo de presentación les contó que estaba muy tranquilo en su casa cuando recibió una llamada para invitarlo a trabajar en el Gobierno. Como prefiere estar en activo no dudó en aceptar.



Enseguida les dejó caer el balde de agua fría: “Miren, como ustedes saben yo vengo del Ejército y en los cuarteles todos vestimos de verde porque eso nos permite identificar con facilidad a personas ajenas, así que lo mismo vamos a hacer aquí. Dentro de 15 días, todos, desde el Secretario, Subsecretarios, Directores, Subdirectores, jefes de departamento y oficinistas, tendrán que vestir de negro”



Y lanzó el reto: “el que no esté de acuerdo que hable ahorita. Yo estoy aquí a sus órdenes para recibirles la renuncia”.



Les explicó que cada servidor público llegará al Complejo con su vestimenta personal pero ya dentro habrá de enfundarse en las prendas negras. Al salir regresarán el vestuario.

El argumento del General fue reiterativo: si todos andamos de negro podremos saber cuándo alguien ajeno ingrese al Complejo.



Desde luego la respuesta fue un silencio absoluto. Sin embargo, el intercambio de miradas entre los cientos de empleados denotaba incredulidad, sorpresa, molestia e intranquilidad.



El militar les habló de muchas cosas más, pero ya pocos le ponían atención. Casi todos estaban imaginándose cómo se verían enfundados en uniforme policial sin ser policías.

Esa fue la presentación ante su gente del nuevo Secretario de Seguridad Pública. De risa para muchos, de preocupación para otros tantos.



Pero más allá de la ocurrencia de Martínez y Martínez, queda en el aire la pregunta de si sabrá realmente el monstruo que tiene encima. Porque eso es el cargo que recibió: un monstruo.



Si no lo sabe, el General debería enterarse de que por la oficina que hoy ocupa han desfilado tres Secretarios, y todos han fracasado en su encomienda de rescatarnos a los tamaulipecos de la pesadilla llamada inseguridad pública en que estamos inmersos desde hace más de seis años.



De hecho para eso lo trajeron: para darle la oportunidad de que logre lo que sus antecesores no pudieron.



Pero, definitivamente el mensaje que dejó en su presentación ante su personal no fue el que se hubiera esperado.



¿En que ayudaría a combatir la delincuencia el uniformar de negro a todo el personal administrativo de la Secretaría?



En vez del manotazo sobre la mesa para mandar un mensaje duro hacia la delincuencia, el General decidió recurrir a una maniobra superflua, que como broma o puntada hubiera estado muy buena.



Habrá que ver lo que opinan quienes lo propusieron para el cargo. Se antoja difícil que le hagan segunda en eso de “negrear” a todos.

Mal inicio, sin duda.



ASÍ ANDAN LAS COSAS



roger_rogelio@hotmail.com