Contar lo bueno

EN EL TEMA de la seguridad pública y la justicia no todo es obscuridad. También se vale reconocer lo bueno.

En ese sentido, vale aplaudirle a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el trabajo realizado en la investigación de dos asesinatos que durante los últimos días conmocionaron e indignaron a la sociedad victorense.



Se trata de los crímenes del estudiante universitario y jugador del equipo de fútbol del equipo Correcaminos, Gerardo Gómez Garza, y el de Citlaly Vianey, una adolescente de 14 años de edad, plagiada y asesinada brutalmente el viernes anterior cuando regresaba de divertirse en la Feria.



En ambos casos, la instancia persecutora de los delitos tutelada por el abogado Ismael Quintanilla Acosta, logró la resolución de ambos homicidios y la captura de los responsables, aunque todavía hay implicados sustraídos de la acción de la justicia.

Son situaciones que bien merecen ser destacadas, sobre todo cuando como sociedad nos hemos acostumbrado a ver sólo el lado negativo del trabajo gubernamental.



Desde luego que en la investigación de ambos crímenes fue pieza clave la experiencia de quien dirige la Policía Ministerial tamaulipeca.



Don Porfirio Castillo Delgado es sin duda el jefe policiaco con mayor trayectoria dentro de las instancias policiales, no sólo del estado sino también del país. Hoy el abogado nativo de San Fernando ocupa por tercera ocasión la dirección de la Policía Ministerial, lo cual no es tarea fácil.



YA ENTRADOS en temas vinculados a las policías, vale destacar la urgencia de encontrarle solución al abandono del combate a los delitos del fuero común.



Entretenidas y dedicadas al 100 por ciento a frenar los embates de la delincuencia organizada, los Gobiernos federal, estatal y municipal, descuidaron la tarea de prevención y combate a la delincuencia común.



Eso por un lado. Por el otro, haber desaparecido las llamadas Policías Preventivas Municipales fue un error enorme. El tiempo se ha encargado de evidenciar esa falla.



Esos dos factores dejaron el camino libre a ladrones, extorsionadores y otra gama de delincuentes comunes, lo cual ha “disparado” la incidencia de delitos patrimoniales.



Por esa razón, no sería mala idea revivir las llamadas Policías Municipales. Es un reclamo muy sentido entre la sociedad que los Gobiernos deberían hacer suyo.



EL PRESIDENTE de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Ramiro Ramos Salinas, sigue difundiendo entre la sociedad el trabajo legislativo de los diputados.



El neolaredense anda esmerado en destacar las bondades de reformas como la energética, la de justicia, la de fomento a la cultura física, entre otras que repercutirán en mejores servicios y calidad de vida de las familias.



Sin duda, el trabajo de Ramos Salinas al frente de la Sexagésima Segunda Legislatura ha sido trascendente. Ha sabido sortear los obstáculos que desde adentro y desde afuera muchos le pusieron en el camino, seguramente con intenciones de “descarrilar” su proyecto político.



El también coordinador de los diputados del PRI ha demostrado que tiene credenciales bastas para asumir responsabilidades de mayor tamaño.



ASÍ ANDAN LAS COSAS



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