¿Sirve de algo? 

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) anunció que acaba de desplegar un centenar de visitadores adjuntos en toda la frontera con Estados Unidos. La intención es proteger a los miles de paisanos que, como cada diciembre, vienen a México para pasar con sus familias las fiestas de Navidad y Fin de Año.



De acuerdo con el comunicado de la CNDH, los visitadores están distribuidos en Centrales Camioneras, aeropuertos, puentes internacionales y en las carreteras. La idea es orientar , acompañar y asesorar a los migrantes para evitar que sean víctimas de abusos de las autoridades.



Pero, ¿sirve de algo?



Qué bueno que el organismo defensor de la dignidad humana implemente ese tipo de acciones. Es evidente que lo hace de buena fe. Se aplaude su interés por cuidar a quienes, influenciados por la nostalgia del terruño, se aventuran y se arriesgan a venir a México para convivir unos días con los suyos.



Lamentablemente, creo que se necesita mucho más que desplegar visitadores adjuntos en los puntos de ingreso al país, para darles seguridad y tranquilidad a los paisanos en su viaje.



Aquí, en éste mismo espacio, año tras año hemos insistido en que ha faltado voluntad gubernamental para proteger a los connacionales. Ni el Gobierno federal, ni los Gobiernos estatales ni los municipales, han realmente mostrado decisión para amarrarle las manos a los policías para impedirles que sigan viendo a los paisanos como alternativa de solución a sus problemas económicos en temporada de fin de año.



Los ofrecimientos oficiales de que “vamos a cuidar el tránsito de los paisanos”, han sido solamente de los dientes para afuera. La evidencia de ello la tenemos en las quejas recurrentes de extorsiones y abusos de que se duelen cada año los migrantes.



Por ejemplo, Fernando Rocha, líder de la caravana Nuevo Laredo-Querétaro, asegura que con el acompañamiento que brinda la CNDH, cada connacional ahorra un promedio de mil dólares, que de otra manera debe distribuir en dádivas a servidores públicos deshonestos.

Resulta entonces paradójico que para los paisanos sean más peligrosas las policías que la misma delincuencia.



Por todo ello, queremos insistir desde aquí, aunque suene a terquedad y a pesimismo, que mientras los Gobiernos no tomen en serio su decisión de proteger a los paisanos, su discurso seguirá sonando y siendo hueco, porque por más que ofrezcan y prometan protección a los visitantes, sus policías seguirán adelante con el “negociazo” que les representa cada uno de ellos.



Mil dólares por paisano no es cualquier cosa.



EL RESTO



“Yo hablo de realidades no de fantasías”, dijo el diputado federal, Alejandro Guevara Cobos, el viernes pasado cuando los periodistas le preguntaron sobre su intención de ser el candidato del PRI a la gubernatura del estado.



Su respuesta generó otra pregunta: ¿Ya se descartó?



ASÍ ANDAN LAS COSAS



roger_rogelio@hotmail.com