Carta al barbón

Hagamos un ejercicio imaginario: supongamos que Santa Claus existe y que  como sociedad nos dan la oportunidad de hacerle pedidos para el día de Navidad.



¿Qué pediríamos como sociedad? Sin duda sería una carta bastante extensa porque las necesidades de los tamaulipecos son muchas. Demasiadas, diríamos sin caer en exageración.



Sin embargo, partiendo de que el gordo de las barbas tiene múltiples compromisos , tendríamos que limitarnos a las prioridades, que en mi opinión son dos.



Seguramente en el primer lugar de la lista los tamaulipecos pediríamos, (suplicaríamos), acabar con ésta pesadilla que es la inseguridad pública.



Los tamaulipecos ansiamos que llegue el momento en que podamos terminar con ese estrés tormentoso al que nos sometemos cada que nuestros hijos nos piden permiso para acudir a una fiesta nocturna.



También añoramos recuperar aquellos tiempos idos cuando podíamos viajar por las carreteras, a cualquier hora del día y la noche, sin ir con el miedo a flor de piel por el riesgo de que te asalten o te secuestren.



Era costumbre entre muchos victorenses viajar por la mañana, muy temprano, a Mc Allen o Brownsville, y regresar en horas de la madrugada. Hoy, hacer eso, es prácticamente retar a la muerte.



Pero bien, supongamos que el hombre de rojo se porta buena gente y nos dice: “pónganle más a la cartita”. Seguramente los tamaulipecos le pediríamos más y mejores empleos.



Con todo y la riqueza territorial que tenemos como entidad, Tamaulipas es uno de los estados con menos desarrollo económico. Es verdad que, como dice el discurso oficial, la inversión nacional y extranjera ha crecido y consecuentemente también ha aumentado la oferta laboral.



Un análisis realizado con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social federal, señala que los últimos 5 años es un periodo en que se generaron más nuevos empleos que en anteriores períodos similares.



Con la última cifra disponible, que es la del mes de octubre, se observa que en lo que va de la actual administración estatal, que inició en enero del 2011, se han generado 67 mil 269 plazas, máximo histórico para los primeros 5 años de los anteriores gobiernos de esta entidad.



Sin embargo, lo que no dice el discurso gubernamental es que la gran mayoría de esos 67 mil 269 empleos son de salarios pobres.



Por eso la petición a Santa Claus, sería que nos concediera no solamente suficientes oportunidades laborales, sino también oportunidades laborales con remuneraciones dignas. Es imposible que un trabajador sobreviva con 700 o 900 pesos a la semana ,  que es lo que en promedio recibe un obrero de una maquiladora o de la construcción.



Creo entonces que, con ambos regalos, los tamaulipecos nos daríamos satisfechos.

¿Para qué queremos más si de ellos se derivaría , por añadidura, la solución al resto de nuestros problemas?. Ojalá y que el gordo barbón se conduela de nosotros y atienda nuestras peticiones.



ASÍ ANDAN LAS COSAS



roger_rogelio@hotmail.com