Navidad representa “peligro” para comedores compulsivos

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Guadalajara, Jalisco.- Para los comedores compulsivos, la época navideña representa mucho peligro debido a la abundancia de alimentos presente en las fiestas, afirmó la experta del Hospital Civil “Juan I. Menchaca”, Soledad Aldana Aguiñaga.

“Hay pacientes que aumentan de cuatro a seis kilos en 15 días. De ahí que deban de ser conscientes de los riesgos para que tomen los cuidados necesarios para mantener un régimen alimenticio saludable y adecuado”, indicó.



La especialista señaló que los comedores compulsivos presentan un trastorno de la conducta alimentaria, más común en mujeres que en hombres en una relación de dos a uno, debido a que ellas tienen mayor acceso a los alimentos.



Detalló que un comedor compulsivo se distingue de una persona antojadiza porque no puede controlar la ingestión de alimentos ni las porciones que consume. La comida se les convierte en obsesión.



Resaltó que una persona puede probar algún alimento que le agrade, pero no continuar comiendo, se detiene en cuanto tiene la sensación de saciedad.



“En cambio, el comedor compulsivo come hasta terminar o casi acabarse la pieza. No es capaz de comer un pedazo ahora y guardar otro para mañana. Puede comer, incluso, hasta llegar a sentirse mal o enfermarse”, aseguró.



Otra característica del comedor compulsivo es que todo el tiempo piensa en comida, incluso cuando trabaja. Además, come de manera rápida, no mastica bien y no se sacia. Puede hospitalizarse por una indigestión y muchos se provocan el vómito para seguir comiendo.



También señaló que hay pacientes que después del atracón desarrollan un sentimiento de culpabilidad por su falta de control. Cuando hay trastornos de ansiedad o depresión, algunas personas comen para tranquilizarse, debido a los efectos calmantes de los alimentos.



Destacó que en estos pacientes no sólo debe abordarse lo psicológico; es recomendable una revisión médica completa para determinar alguna causa fisiológica por la cual la persona come de más.



Además, dijo que debe ser revisada por un neurólogo para ubicar si hay fallas en los neurotransmisores que pudieran provocar que no tenga la sensación de saciedad, y saber qué tipo de medicamento podría ser adecuado para inhibir la ansiedad y el apetito.



Consideró que hay que descartar que el paciente tenga diabetes –que, en ocasiones, provoca estados intensos de hambre– o alteraciones en la vesícula que provocan que el paciente rechace algunos alimentos, pero siente preferencia por otros y los come en demasía.



Aldana Aguiñaga agregó que no todos los comedores compulsivos presentan obesidad, ya que unos que comen posteriormente vomitan. De igual forma, no todas las personas con obesidad son comedores compulsivos. En ocasiones, simplemente se excede en sus porciones de alimentos.