2016, la mudanza del poder.

Hoy se reanudan las actividades políticas y gubernamentales luego del periodo vacacional de Navidad y Fin de Año. Se inicia laboralmente el nuevo año.



A diferencia de los cinco anteriores será un arranque lleno de expectativas políticas. La más importante de ellas, sin duda, tiene que ver con conocer la identidad del candidato priista a la gubernatura del estado.



¿Quién es el “bueno” para suceder a Egidio Torre Cantú? Es la pregunta que ronda recurrentemente en la mayoría de los tamaulipecos. En consecuencia, es la respuesta que más expectativa despierta.



Seguramente en enero mismo tendremos resuelto ese dilema.

Pero una vez contestada esa interrogante otra inquietud se colocara en el colectivo social: ¿Podrá el PRI mantenerse en el poder o Tamaulipas se sumara a las entidades que han vivido la alternancia gubernamental?.



Ahí sí, para dar respuesta a la pregunta tendremos que esperar a junio cuando los tamaulipecos iremos a las urnas para expresar nuestra decisión. Será hasta entonces cuando sabremos si seguimos prefiriendo un Gobierno priista o si le damos oportunidad al PAN de que demuestre en los hechos lo que tanto pregona y promete.



Tan solo por esas dos razones, al menos la primera mitad del 2016 será muy diferente a los cinco años precedentes. Será el año de la renovación del poder público y ese solo hecho lo hace especial.



Desde luego que también hay interés social por conocer a la nueva camada de alcaldes y diputados locales, pero no hay punto de comparación con saber quién nos gobernara a partir de octubre próximo.



El inicio de año tiene otro ingrediente: es el último tramo de la administración de Egidio Torre Cantú.



Para quienes ejercen el poder público es hora de preparar maletas. No es cosa fácil por eso no será raro que muchos caigan en la desesperación y abandonen el “barco” para tratar de abordar el que arribara a partir de octubre.



No debe sorprendernos una oleada de renuncias. Es naturaleza humana tratar de aferrarse a la ubre gubernamental.



En suma, estamos entonces en el inicio de un año “sui generis”. Es el año de la transición. De la mudanza del poder. De las bienvenidas y las despedidas. De las lealtades y traiciones. Del “cobro” de “facturas”. Del asomo de los resentidos.



EL RESTO.



Por cierto, a los actuales diputados, tanto locales como federales, y a quienes aspiran a una curul, se les durmió el “gallo”.



Resulta que todos brillaron por su ausencia durante la crisis del agua que vivimos los victorenses en los últimos días del 2015, cuando un incendio en el equipo de bombeo del acueducto dejó a la mitad de la población sin el vital líquido.



Perdieron una gran oportunidad de lograr la simpatía electoral que tanto buscan con promocionales y promesas.



El único que estuvo atento al problema fue el alcalde capitalino, Alejandro Etienne Llano. Ahí se mantuvo hasta que el servicio se reanudo.



ASI ANDAN LAS COSAS.

roger_rogelio@hotmail.com