La odisea de padecer esquizofrenia

<em>Terminó con su novia y no celebró "San Valentín”. Estuvo internado en el psiquiátrico de Tampico: "No sé hacer daño, sólo si me pegan me altero”. Hoy es bolero y promete abrirle una cuenta bancaria a quien sea su próxima novia </em>
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Aunque es un bolero que padece esquizofrenia, Rafael Lugo tiene varios sueños por cumplir, entre los que destacan encontrar una novia e iniciar un negocio de comida.



La nostalgia le "llega" mientras descansa de su trabajo diario en los alrededores del Mercado y porque en la mañana vio a su "ex" con su nueva pareja, un señor ya mayor, pero advierte que de ningún modo sintió celos.



"Es 14 de febrero y todos festejan yo ahora no tengo a nadie para invitar a comer, la que era mi novia me la encontré almorzando en el paseo Méndez, me acerqué y le di consejos a su nuevo novio le dije que la cuide bien porque está enferma, tiene retraso".



Rafael señala que nació en 1971 y nació con la esquizofrenia que sólo le permitió estudiar hasta el Cbtis.



"Mi inteligencia es muy grande porque puedo ver cosas que otros no. En el Cbtis 236 estaba estudiando alimentos, aprendí a elaborar las comidas enlatadas, sé cocinar. Uno de mis sueños hubiera sido ser chef pero el cerebro ya no me permitió, pero sé hacer muchas comidas".



Hace siete años que Rafael es bolero y la lucha de todos los días es vencer a los demonios de su propia enfermedad y los de la sociedad como la pobreza y la indiferencia hacia los enfermos como él, que no tienen esperanzas.



"Estuve encerrado un año en el psiquiátrico de Tampico pero realmente yo nunca he sido un riesgo para nadie, no sé hacer daño sólo si me pegan me altero. Me tenían en un cuarto a mí solo pero me daban bien de comer, gelatinas y arroz".



Rafael tiene su lugar de trabajo frente a una tienda departamental propiedad de los hombres más ricos del país.



"A la que vaya a ser mi novia le voy a abrir una cuenta ahí. Los empresarios son los dueños del mundo y la situación va ir de mal en peor. Lo que deben hacer los gobiernos es solucionar los problemas de la economía, la gente batalla para comprar alimentos y hasta para recibir sepultura cuando muere, porque morirse sale caro".



Contrario a otros enfermos de esquizofrenia que son controlados con medicamentos, Rafael aprendió a ser su propio médico.



"Me pongo a orar a Dios y también a rezar. Controlo todo con la mente. Vivo con mis padres en la colonia Morena allá arriba en la sierra y desde allá camino todos los días para venir a trabajar".



No ve televisión ni tiene computadora pero conoce a todos los personajes de la política.



"Yo estoy computarizado. Por mi propia enfermedad es mucha inteligencia la que tengo, ahorita estoy viendo al Peña Nieto peinado para atrás y nariz afilada y a mi Andrés Manuel que de él sí tengo la foto en mi casa pero ya sé que no me lo quieren y que no llegará a ser presidente, cuando menos que me mande saludos".



Rafael sabe que soñar es gratis por eso dice que ahorrará todo lo que gana de las boleadas para poner un negocio de venta de comida.



"Me gustaría de venta de mariscos. A la que era mi novia la tenía bien alimentada siempre, sólo que termine con ella porque estaba demasiado enferma yo no podía atenderla. Si me sale una novia prometo abrirle un cuenta en la tienda y tratarla de lo mejor", reitera.