Pegar en el bolsillo

Aquí lo hemos planteado con recurrencia: el fracaso de la lucha contra la inseguridad pública, se ha escrito en esa necedad del Gobierno de intentar resolverlo todo a punta de bala y de aprehensiones.



Carretadas de miles y miles de millones de pesos se han gastado inútilmente para intentar contener el baño de sangre que nos envuelve como país desde hace poco más de 10 años, sin que se hayan logrado resultados positivos.



La mejor evidencia de que poco o nada se ha avanzado, es la realidad que hoy envuelve a ciudades como Reynosa, Victoria,  y muchas otras más en el territorio nacional.

De ese fracaso hay una explicación: el Gobierno se ha olvidado de atacar las fuentes de financiamiento de la delincuencia.



Es una verdad innegable que, cuando se quiere debilitar a alguien, el camino más corto es pegarle en el bolsillo. Sin embargo, nada se ha hecho al respecto.



Le cuento de ello porque, precisamente antenoche, dentro del contexto de la situación de violencia que envuelve a Reynosa, el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se refirió a ese tema.



El mandatario dijo que su administración asume el compromiso de combatir la inseguridad en Tamaulipas, pero enfatizó la necesidad de “cerrar todas las llaves que sirven de financiamiento a la delincuencia organizada”.



Y fue más allá:  pidió a la mesa de seguridad de la Conferencia Nacional de Gobernadores, (Conago), en el marco de la 52 reunión ordinaria del organismo, celebrada en Jojutla, Morelos, trabajar en una estrategia coordinada entre Estados y Federación, para atacar las fuentes ilegales de financiamiento de los grupos criminales en Tamaulipas.



El Gobernador tiene razón de sobra. Mientras no se le pegue en el bolsillo a la delincuencia, el fracaso seguirá asegurado en ese esfuerzo por frenar la inseguridad pública.



Como lo hemos planteado aquí, no se necesita ser un experto en temas de seguridad porque lo único que se requiere es un poco de sentido común para entender que, aprehender o abatir delincuentes no es suficiente para contener la escalada de violencia.



No es así porque siempre habrá quienes sustituyan a los caídos. Mientras haya con qué pagar, siempre habrá recurso humano disponible.



Paralelamente al “cierre” de llaves del financiamiento, el Gobierno debe invertirle en serio a rubros como el de la prevención del delito y la generación de empleo.

Pero debe ser un programa de prevención del delito bien diseñado,  que no se limite a cursitos o conferencias que sólo sirven para justificar gastos. Un programa que no se concrete a la construcción de los llamados “parques de Barrio”, a los que pocos o nadie visita.



¿Estamos?



ASÍ ANDAN LAS COSAS



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