Sus hijos no celebrarán el Día del Niño

No tiene para los regalos del Día del niño porque gana 30 pesos en una jornada, cuando bien le va. Uno de sus pequeños padece retraso; en ambos casos los padres se desentendieron de ellos.
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Javiercito aprendió a caminar en la banqueta donde su madre se gana la vida desde hace muchos años, antes que él y su hermano -que tiene retraso mental- nacieran.



Ahora, el niño de 1 año 7 meses de edad está en el regazo de Lucía, su madre que prefiere luchar sola, que aceptar los 7 pesos que el padre de su hijo mayor le da para el gasto.



Con un pequeño puesto de ajos y jacubes, Lucía González que es originaria del Estado de México pero llegó a la ciudad desde que tenía nueve años, sostiene a sus hijos. En su mano trae el recibo del ayuntamiento que le otorga el permiso de vender en la vía pública a cambio de veinte pesos al día.



Un huacal de madera es todo el mostrador de Lucía. No puede vender nada más porque no tiene recursos para invertir, que asegura no buscó quedarse sola con sus hijos, sino que tuvo mala suerte.



"El padre del mayorcito, del que se llama Jesús, me pegaba mucho y no daba nada para el gasto, yo aguantaba pero un día me pegó muy fuerte, que lo dejé, ahora viene a buscar a su hijo, y le quiere dar siete pesos para la escuela, pues no, eso pa' qué alcanza".



La segunda historia de amor de Lucía le dio a su hijo Javiercito, pero ahí tampoco hubo responsabilidad de parte del progenitor, que vive con otra familia.



"Cómo me va a dar si está con otra mujer y tiene ya otras responsabilidades. No voy a estar esperando, a mí me dan las oportunidades, pero pues no me alcanza".



El hijo mayor de Lucía -Jesús- acude a una escuela de educación especial en la Colonia Mainero, ahí no le cobran un centavo, pero le gustaría tener acceso a una beca para los gastos prioritarios de alimentación e higiene.



La ganancia de Lucía es de treinta pesos al día, pero en ocasiones sólo puede trabajar los domingos, porque se acaba la mercancía o no tiene para pagar los veinte pesos del permiso.



Lucía se atrevió a ocupar un predio ubicado en la colonia San Marcos (atrás de la pileta) porque ya no podía pagar la renta del cuarto en el centro de la ciudad.



Una casa de varas es el lugar donde duermen ella y sus hijos, hogar que el padre de Javiercito le ayudó a levantar.



"Ya compré los tabiques pero ahora me falta el dinero para la mano de obra", dice.



La jornada de Lucía comienza a las 8  de la mañana y termina a las 5 de la tarde para encaminarse hacia su hogar ubicado en la Calle Santa Martha, manzana 23, de la colonia San Marcos.



"A Javiercito lo llevo en la espalda amarrado al rebozo y Jesús puede caminar porque su problema solo es en la cabecita, es que nació prematuro... en una mano cargo el huacal y en otra la mercancía".