¿ISSSTE o IMSS? ¡¡¡Ni loco…! 

Algunas ocasiones que llegué a escuchar a familiares, amigos o conocidos, alertando de los riesgos de muerte al atenderse en el ISSSTE o IMSS, creí, honestamente, que exageraban.



“No te recomiendo que vayas al ISSSTE porque ahí te van a matar”, o “ni loco me atiendo en el IMSS porque me van a acabar de desgraciar”, son algunas de las expresiones que he escuchado de muchos que han requerido atención médica.



Sin embargo, déjeme y le digo que son tantas las historias de negligencias médicas en ambas instituciones de seguridad social, que hoy soy un convencido de que quienes se quejan no exageran. Sólo hablan de una realidad que, transmitida o contada de boca en boca, ya hasta la vemos con cierta ironía o normalidad.



Le cuento de ello porque me acabo de enterar de un caso más de negligencia, de valemadrismo e irresponsabilidad, por parte del personal del IMSS.



La protagonista de esta historia, que desnuda al ciento por ciento las carencias que padece el IMSS y que se traducen en un deficiente servicio médico, es una humilde madre de familia del municipio de San Fernando.



Su drama inició el pasado fin de semana, cuando, a consecuencia de diversos padecimientos,  sufrió una caída de su propia altura en su domicilio. Las lesiones sufridas la dejaron semiinconsciente por lo que su esposo e hijos la trasladaron de urgencia a la clínica del IMSS de esa cabecera municipal.

Ante la gravedad de la situación, los médicos ordenaron su traslado  inmediato al hospital de San Fernando.



“El problema es que no hay ambulancia”, aclaró el doctor a la familia, quien en medio de su angustia tuvo que buscar ayuda para trasladar a la señora a Matamoros.



Pero el drama apenas iniciaba: a pesar de su gravedad, cuando llegó al hospital del IMSS en Matamoros, la paciente fue colocada en un pasillo del área de urgencias porque no había camas disponibles. Ahí fue mantenida bajo observación varias horas hasta que la responsable del área le ordenó un “TAC”.



El resultado del examen estuvo listo a las pocas horas pero, como era fin de semana y no había especialista que lo interpretara, los médicos tuvieron que esperar hasta el lunes. Para entonces habían transcurrido 48 horas.



Hoy, la señora permanece en estado de coma por complicaciones en riñones y otros órganos vitales. Prácticamente los médicos la han desahuciado.



Usted puede imaginarse el sentimiento del esposo y los hijos de la derechohabiente. Además de su indignación, seguramente se preguntarán si su familiar estaría en la misma situación de muerte en caso de haber recibido atención médica oportuna y de calidad.



La respuesta nunca la sabremos,  pero lo que sí sabemos y queda claro es que esa fama de clínicas de la muerte que se han ganado el ISSSTE e IMSS no es un mito. Es sencillamente una realidad que se refleja en cada historia como la que le cuento.



Ojalá y los organismos defensores de los derechos humanos, tan de boga hoy en día, se asomaran de vez en cuando a cada uno de los hospitales para ver en donde pueden ayudar. Le aseguro que salvarían muchas vidas.



ASÍ ANDAN LAS COSAS



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