5 cosas que ellas realmente no disfrutan en la cama

Compartir:
Todos tenemos nuestros movimientos favoritos en la habitación con los que alguna novia alguna vez actuó como si amara, así que los has intentado con cada novia desde entonces. Aunque parece ser como si fuera algo que realmente excite a las mujeres, es importante prestar atención si estás siendo exitoso o si la estás aburriendo (o peor aún, la estás asustando). De igual forma que cualquier persona nueva con la que tienes sexo es una experiencia diferente, nuevos cuerpos responden de forma diferente a ciertas posiciones, técnicas y movimientos. Y como un gran amante, es importante modificar tus hábitos para que vayan de acuerdo con las necesidades de tu pareja (de igual forma que tu pareja hará lo mismo por ti).

Lo que es importante es recordar que lo vivido en relaciones pasadas –o lo que ves en la pornografía– no siempre es la realidad, y las mujeres no van a temblar cuando las toques si estás haciendo mal las cosas. "La mayoría de los hombres aprende a tener sexo a través de los medios, videos, revistas, etc. Ahora la gente puede encontrar todo en línea, y eso ha cambiado por completo el panorama del sexo", dice la Dra. Nikki Martinez. "A los hombres no se les enseña comúnmente revisar con su pareja lo que quieren y necesitan para hacerlo una experiencia beneficiosa para ambos, en la que los dos estén excitados y disfrutando la experiencia".



2

Si tienes curiosidad por algunas de las cosas que los hombres hacen generalmente en la cama que sinceramente no hacen nada por excitar a las mujeres, entonces te compartimos estos detalles. Hablamos con expertos y con mujeres reales para saber lo que la mayoría de los hombres cree que funciona en la habitación, pero que en realidad está lejos de ser verdad.



Mito: Queremos que siempre nos ordenen y que estén en control
Realidad: Queremos un balance
“Mi ex-novio siempre me daba órdenes en la cama: 'Haz esto', 'Date la vuelta', 'Tócate'. Y aunque de vez en cuando era sensual, nunca me dejaba tomar el control mientras teníamos sexo; dejándome subir encima de él o revertir los papeles sobre quién daba las órdenes. Si él no estaba en control, no podía excitarse, lo que hizo muy difícil desear tener sexo con él".

Mito: No somos tan sexuales y no queremos tener sexo con tanta frecuencia
Realidad: Queremos mejor sexo
“Mi esposo me hacía pasar un mal rato cuando no estaba de humor para tener sexo, al principio de nuestro matrimonio. El problema es que él quería tener un quickie en la mañana y otro en la noche, y yo quería sexo de calidad que me excitara tanto a mí como a él. Luego lo hablamos y tomamos la decisión de encontrar un punto medio que le funcionara a los dos".



Mito: Si no estamos mojadas, no estamos excitadas
Realidad: Necesitamos más tiempo para llegar a ese punto 
“Mi novio se enoja conmigo a veces cuando comenzamos a besarnos y no estoy mojada. He intentado explicarle que no es que no quiera tener sexo, es sólo que tiene que tomarse más tiempo para hacerme llegar a ese punto, a diferencia de él que siempre está listo".

Mito: Si sigues insistiendo, terminaremos por ceder
Realidad: Valoramos los límites
“No puedo decirte cuántas veces mis parejas me han intentando convencer de hacer algo que no quería hacer en la cama, insistiendo al punto de sobrepasar mis límites. Aunque quiero estar abierta a experimentar si estamos de acuerdo con algo, insistir continuamente creyendo que mientras más excitada esté más posibilidades tendré de hacer algo, es simplemente la peor forma de apagarme".

Mito: Nos gusta que nos hablen sucio todo el tiempo
Realidad: Nos gusta un poco de eso
“Cada mujer es diferente, y aunque no me gusta que me llamen 'perra', a algunas mujeres sí les gusta. De cualquier modo, algunas veces es sensual que un hombre me esté hablando sucio diciéndome lo excitado que está conmigo o lo sexy que cree que soy. Lo que no me excita es que sus palabras sucias son tan agresivas que me distraen de poderme excitar en el momento. Una vez salí con un tipo que me decía 'dilo más fuerte' cada vez que yo reaccionaba a algo que él hacía. Me confundía mucho y mataba mi orgasmo cada vez".