Excesos y olvido

Durante los últimos años, México como la mayoría de los países han colocado el tema de los derechos humanos en el centro de sus políticas públicas. Todo, o prácticamente todo, se mueve alrededor de la defensa y protección de la dignidad humana.



Tanta es la preocupación que envuelve a las naciones por los derechos fundamentales del ser humano, que ya hay una corriente de pensadores o doctrinarios que están empujando la construcción de una cuarta generación de derechos humanos.



Es una cuarta generación que englobaría derechos relacionados con el medio ambiente, la bioética y hasta las nuevas tecnologías. Así, por ejemplo, se piensa en garantizar y proteger el derecho a existir digitalmente; el derecho a la reputación digital; la estima digital; la libertad y responsabilidad digital y el derecho al domicilio digital.



Creo que es válido y sano que exista esa preocupación de los Gobiernos por crear sociedades más justas a través de la protección de los derechos de quienes las integran.



Sin embargo, en ese esfuerzo institucional que , le insisto, hacen prácticamente todos los países del mundo, se están olvidando de algo igual de importante: de los deberes y responsabilidades.



Los países, como el nuestro, han invertido tanto en fortalecer los derechos pero se les ha olvidado subrayarle a los ciudadanos que aparejado de todo derecho irá siempre un deber u obligación. Si no se hace conciencia de ello los resultados de tanto garantismo pueden ser contraproducentes.



Le doy un ejemplo, tal vez trivial pero que puede servir para ilustrarnos el tema: uno de los derechos humanos más reclamados es el que tiene que ver con la salud. Las quejas recurrentes en ese sentido son por el deplorable estado de los hospitales públicos y el pésimo servicio que prestan debido a sus carencias en infraestructura y personal.



La queja es válida y cierta, pero ¿cómo queremos que el Gobierno nos garantice una salud de calidad si hay millones de mexicanos que buscan a toda costa evitar el pago de impuestos, que es precisamente de donde surgen los recursos para que se nos garanticen ese y otros derechos humanos?.



Por eso la importancia de que los Gobiernos comiencen a trabajar en estrategias de difusión que permitan concientizar a los ciudadanos, que si queremos reclamar derechos debemos cumplir con nuestras obligaciones.



No hacerlo así, le reiteró, será generar condiciones para que a la vuelta de pocos años sean tantos los derechos humanos garantizados,  que nos convirtamos en una sociedad con tantos derechos que sea imposible para un Gobierno cumplirlos.



Es como en casa, si solo les damos libertades y libertades a nuestros hijos y nada de obligaciones, estaremos empujando a esos jóvenes a la perdición.



EL RESTO



Con todo y las suspicacias y preocupaciones surgidas en redes sociales, vale el reconocimiento al Gobierno del estado y en particular a la Procuraduría General de Justicia, encabezada por Ismael Quintanilla Acosta, por el rescate del futbolista Alan Pulido.



ASÍ ANDAN LAS COSAS



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