¿Sirve el mando militar? 

La nueva administración panista encabezada por Francisco Javier García Cabeza de Vaca, llegará con una prioridad de prioridades a cuestas: revertir la ola de violencia delincuencial que azota a la entidad.  Ese es el reclamo más grande de los tamaulipecos.



En ese sentido, será sano para el naciente Gobierno realizar un ejercicio de evaluación acerca de los resultados que ha generado la colocación de mandos militares en las áreas de seguridad pública del estado y municipales.

¿Han respondido los militares a las expectativas en ellos depositadas? Esa es la pregunta que deberán hacerse Cabeza de Vaca y su equipo de colaboradores.



Queda claro, sin embargo, que si la pregunta se le hace al ciudadano común, la respuesta será un contundente “no”.  Para la sociedad tamaulipeca el haber colocado a jefes militares al frente de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y en los municipios ha sido un auténtico fracaso.



Para entenderlo basta revisar el historial del anterior titular de la SSP, Arturo Gutiérrez García, y del actual secretario, Jesús Martínez y Martínez.



Seguramente cuando desde el Gobierno federal se decidió que fueran militares los que asumieran la responsabilidad de las áreas de seguridad pública en las entidades, se hizo pensando que con ello se intimidaría a la delincuencia y se disciplinaria a las fuerzas policiales mejorando su actuación y frenando la corrupción y los excesos contra la ciudadanía.



Pero no fue así. A la vuelta de pocos años resulta evidente que nada de eso se ha conseguido, lo cual queda claro con el agravamiento de la violencia delincuencial y con el aumento de quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos por abusos policiales.



Vistas de esas formas las cosas, será importante que reparen en ello quienes están diseñando la estrategia de seguridad que hará suya el gobierno cabecista.



Viene a tema el asunto porque en redes sociales comienzan a barajarse nombres de posibles integrantes del próximo gabinete, y entre ellos se cita a un militar como el inminente jefe de seguridad pública.



De ninguna manera se está sugiriendo retirar los militares del estado. Parafraseando al abogado penalista, Juan Velázquez, “eso sería una locura”. Lo que si se sugiere es separar las cosas: que la SSP ejerza su tarea con un jefe Civil, y que el Ejército cumpla su función de coadyuvancia con el Estado, con una estrategia lidereada por Militares pero coordinada con las policías.



EL RESTO



LA ÚLTIMA ocasión que platiqué con doña Leonor Sarre fue hace aproximadamente un año, durante una ceremonia para colocar en una placa los nombres de las mujeres diputadas que han transitado por el Congreso del Estado.



En un ínter, me confió su padecimiento de cáncer. Me sorprendió la tranquilidad con que me contó su problema. No parecía agobiada. Este lunes me llegó la noticia de su fallecimiento.



La conocí como compañera del medio y también como diputada por lo que puedo decir que no sólo el panismo está de luto. Lo está todo Tamaulipas, porque Doña Leonor fue una de esas mujeres que se entregaban de lleno por abanderar las causas de los más necesitados.

¡Descanse en paz!



ASÍ  ANDAN LAS COSAS



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