Cambiemos de zapatos

Este martes que acaba de transcurrir, tuve el gusto de conocer a Gerardo Rodrigo Flores Mendiola. Me llamó la atención verlo llegar, en su silla de ruedas, a la Casa de la Cultura Jurídica, “Ministro de la Fuente Sanders”, en Ciudad Victoria, para escuchar conferencias relacionadas con el Derecho.



Gerardo, hijo de un conocido y prestigiado epidemiólogo tamaulipeco del mismo nombre, estuvo atento durante las casi dos horas de la charla que ofrecieron organizaciones de abogados y profesionistas en general, quienes difundieron los servicios que prestan a la sociedad como gremio.



Al final, me acerqué al joven para entrevistarlo. Me sorprendió, debo confesar, el entusiasmo que refleja. No desaprovechó la oportunidad para convertirse en la voz de todos aquellos que, por diferentes circunstancias, padecen una discapacidad.



El muchacho es presidente de la asociación civil, “Cuidar”, dedicada principalmente a velar por los derechos de los grupos vulnerables, y en particular de los discapacitados.



Desde esa posición, Gerardo hace un reclamo, tanto a las autoridades como a la sociedad misma: ponerse en los zapatos de los grupos vulnerables.



Admite que durante los últimos años los avances en la mejora del marco jurídico han sido enormes. El tema de los derechos humanos cada vez se fortalece más. La cultura de la legalidad ha crecido significativamente.



Sin embargo, sostiene, el saldo sigue siendo negativo. Son muchos más los que violentan los derechos de los discapacitados y los grupos vulnerables en general. Lo vemos en hechos tan simples como el de no respetar los cajones de estacionamientos o en la ausencia de rampas especiales en los inmuebles públicos y gubernamentales.



Prácticamente el transporte público está vetado para quienes no pueden valerse por sí mismos, y en el ámbito de la educación y salud, hay límites insalvables para ese sector social.



Todo ello deja claro, dice el presidente de “Cuidar”, que falta mucha conciencia social, pero también falta mucho trabajo del Gobierno, tanto para hacer respetar la ley como para respetarla él mismo.



A ello, hay que sumarle que entre los mismos grupos vulnerables existe demasiada ignorancia acerca del marco jurídico que los protege, y en consecuencia no pueden hacer uso de los derechos que les son propios.



“Así como hace falta inyectarle más recursos públicos a crear condiciones en favor de los grupos vulnerables, también es necesario combatir esa ignorancia y esa desorientación social. Por eso es importante que se repitan, con más frecuencia, ejercicios como éste donde las instancias públicas difunden lo que hacen”, detalla.



Gerardo tiene razón. Es evidente que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para “aterrizar” en la realidad los avances normativos en favor de los grupos más desprotegidos socialmente, entre ellos los discapacitados.



Pero creo que la falla más grande está en nosotros mismos como sociedad. Hemos sido incapaces de ponernos en los zapatos de quienes, por la causa que sea, la vida los colocó en una situación de desventaja ante la mayoría.



Ojalá y que, pronto hagamos conciencia de ello, y nos convenzamos de la urgencia de ir fortaleciendo esa cultura de respeto por el prójimo. El día que seamos más empáticos construiremos una mejor sociedad.



EL RESTO



Este miércoles, el restaurante "El Granero", en la capital del estado, fue punto de reunión de los jerarcas del PRI estatal.



Entre los asistentes estuvieron, Rafael González Benavides, todavía presidente del PRI tamaulipeco, y Enrique Cárdenas, "júnior".



¿Está lista la nueva dirigencia tricolor?



ASÍ ANDAN LAS COSAS



roger_rogelio@hotmail.com